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Las virtudes de Gregorio

Yuri y Gregorio en sus faenas habituales. Foto: Jorge Pérez Cruz
Yuri y Gregorio en sus faenas habituales. Foto: Jorge Pérez Cruz

La  excelencia moral es resultado del hábito.

Nos volvemos justo realizando actos de justicia;

Templado, realizando actos de templanza;

Valiente, realizando acto de valentía.

Aristóteles

 

En una pequeña colina, donde se interceptan la Circunvalación Sur y la Carretera  Central, en la salida de Las  Tunas hacia la ciudad de  Holguín, se yergue majestuoso el ranchón La Rotonda,  centro célebre por la calidad  de los servicios que ofrece y  la prestancia de sus trabajadores.

Allí los días y las noches transcurren en el ajetreo normal de una instalación de su  tipo, que acoge a visitantes  nacionales y extranjeros de  tránsito hacia polos turísticos y otros sitios de la región  oriental de Cuba o viceversa;  y a la farándula local en las  madrugadas, cuando la ciudad duerme.

A pesar de la heterogeneidad del público que lo colma, es un lugar apacible, en  el cual se puede disfrutar a plenitud, pero…

El hecho

El amanecer del 29 de febrero transcurría en total normalidad hasta que un intruso, enmascarado, “salta y se sienta  en el mostrador, apunta con  un arma a Yuri, mi compañera en el turno. Ella se desplaza hacia el interior y, entonces   el malhechor gira el arma hacia mí, me lanza una mochila  y me conmina a que le eche el  dinero recaudado”, recuerda  el dependiente gastronómico  Gregorio Mora Beltrán.

El inusual e inesperado hecho no amedrentó a  Gregorio: “Yo aprovecho un descuido y me abalanzo sobre el  agresor, un muchachón y  comienzo solo el forcejeo hasta  que algunos clientes se dan  cuenta del problema y acuden  en mi ayuda. Juntos pudimos neutralizar el intento de  robo. Ya Yuri había llamado  a la policía, que llega y arresta al autor”, reseña.

Aparte con los protagonistas

Gregorio ocupó espacios en estas páginas, cuando el reportaje Donde manda la honradez (25/10/2011) daba cuentas de su honestidad, palpable  en la devolución desinteresada de medios y dinero dejados  por un turista en el propio ranchón y en otras unidades donde antes laboró.

Y otra vez sus virtudes se hacen tangibles en este acto de valentía: “No me puse nervioso. No puedo ponerme nervioso —enfatiza Gregorio— ante un hecho contra los  medios de la Revolución  que altera la tranquilidad ciudadana que disfrutamos en  Cuba”.

Al joven Gregorio la honestidad, la justicia y la valentía se las inculcaron desde la cuna: “Me crié en un ambiente  muy humilde. Eso sí, con una  rectitud moral a toda prueba. Mi papá y mi mamá eran  trabajadores agropecuarios y  con el sudor de sus frentes nos  dieron sustento y educación a  seis hermanos”, remarca.

Él aprovecha la igualdad de oportunidades  abiertas por la Revolución, se convierte en dependiente gastronómico y  aprende inglés y alemán, lo que le permite un  desempeño laboral eficiente.

Por su parte, Yurisleidys Rosales Llaudi, la otra trabajadora agredida, confiesa: “No me dio tiempo a asustarme. Eso en Cuba una nunca lo espera, parecía algo de  película. En el momento de la  amenaza, yo le di la espalda  al malhechor y fui a llamar a la policía. Después que todo  pasó fue que me sentí nerviosa”, confiesa.

Y resume su inesperada experiencia: “Es una suerte tener un compañero así. Él es mi ángel de la guarda”.

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