Cuando el francés naturalizado mexicano Xavier Casaubón asumió la presidencia de la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV), en octubre del 2014, conocía muy bien las complejas problemáticas a las cuales se enfrentaría: resguardar el patrimonio de su deporte y a su vez convertirlo en popular, universal, útil y moderno; situarlo en la mira de los jóvenes y encarrilarlo hacia los juegos olímpicos.
Se trataba de una tarea difícil que hoy todavía está comenzando, mas este experimentado y entusiasta federativo —quizás por su experiencia de 16 años como entrenador de la selección azteca— tenía un plan interesante que recita de memoria en apenas minutos, sin dejar de apasionarse cada vez que lo hace.
Recientemente visitó nuestra capital y respondió muchas preguntas, tantas como no hubiéramos podido prever. Sus primeras palabras tuvieron sabor a encanto y nostalgia: “La Habana es un lugar muy personal que siempre recuerdo y llevo en el corazón. Y Cuba es una potencia de la pelota vasca, con raíces profundas e históricas, y un patrimonio de frontones importante, si hablamos del Ponce Carrasco, el Raúl Díaz Argüelles, el de Cienfuegos y otros más”.
Su política de trabajo evidencia la ruptura con los senderos que la FIPV recorrió en el pasado, y se sustenta en tres ejes básicos: la consolidación, la renovación y la expansión de la disciplina.
En consonancia con el primer objetivo, su entidad da pasos para rehabilitar sitios emblemáticos como el frontón México ubicado en el Distrito Federal; el Beti Jai de Madrid y el Real de San Carlos en Colonia, Uruguay. “Y ustedes tienen lo que en su momento se llamó la Scala de la Pelota Vasca o Palacio de los Gritos, el acá conocido como Ponce Carrasco. Mi deseo es concretar con el INDER un plan conjunto para rehabilitar las principales instalaciones, con el fin de potenciar a Cuba, incentivar la pelota y recordar cuantas medallas y alegrías han ofrecido los pelotaris a esta tierra.
“A mí no se me olvida que La Habana organizó el Campeonato Mundial Absoluto de 1990, así que disponer de canchas renovadas permitiría un gran retorno del evento hacia el año 2026. Un proyecto con esas energías daría a los jóvenes cubanos nuevos deseos para practicar este deporte, y posibilitaría crear aquí un centro de tecnificación para Centroamérica y el Caribe, en el cual se formen jugadores y entrenadores de toda la región”, expresó.
La conquista de espacios en grandes competencias es otra de las batallas que encabeza Xavier, y los frutos han comenzado a caer. Ya es un hecho que la pelota vasca será oficial en los Juegos Evita y Nacionales de Argentina; en los Suramericanos de Cochabamba 2018 y los Panamericanos de Lima 2019. Se hacen esfuerzos para que figure dentro de dos años en los Centrocaribes de Barranquilla y como exhibición en los Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires.
Pero darse a conocer implica ampliar aún más el horizonte, así que en noviembre próximo el titular de la FIPV presentará en Vietnam, ante delegados de 47 países asiáticos, su propuesta más ingeniosa: el frontball. Esa modalidad se practica en varias naciones, sintetiza el espíritu innovador de la institución y pretende solucionar la crisis de identidad que ha sufrido esta durante décadas.
Sucede que tras entrevistarse con muchos líderes del deporte a nivel internacional, Casaubón corroboró que lo mismo identificaban a su disciplina como Pelota Vasca, Jai Alai, Frontón o aludiendo a gestos propios de su práctica. “Algunos incluso no me entendían, no sabían de qué les hablaba. Entonces, esa indefinición hacia el exterior tenemos que resolverla”, apuntó con gesto inspirador.
A esta altura del diálogo estaba muy cerca su disertación sobre el frontball: “Creo que todos lo hemos practicado alguna vez. Una mano, una pelota y una pared bastan para asumir la Agenda 2020 del Comité Olímpico Internacional (COI), que no quiere “elefantes blancos” ni recintos costosos, sino que el deporte transforme la calle y toque a los jóvenes. En diferentes sitios urbanos se ve a chicos jugándolo, como ocurre con el básquet de tres y el microfútbol.
“La decisión de expandirlo obedece a que es lúdico, barato y permite conquistar las ciudades y hacer que las canchas busquen a los muchachos, y no al revés. Esta propuesta sirve para educar y combatir la delincuencia, la obesidad y otras enfermedades”, afirmó.
También, a su juicio, es la vía más expedita para ingresar a la cita bajo los cinco aros: “Durante años sostuvimos pláticas, discusiones y agarrones bizantinos para decidir qué era o no pelota vasca. Y mientras tanto el voleibol de playa, el rugby, el golf y otros llegaron a los juegos olímpicos. Nosotros, que fuimos invitados a la fiesta de Barcelona 1992, nos quedamos dilucidando cuál modalidad debía entrar y lo hemos hecho “tan bien” que ninguna lo ha conseguido.
“Trataremos de explicarle al COI cómo las medidas tomadas en tan poco tiempo refutan que nuestro deporte sea fósil, ancestral y en el cual se imponga el folclor sobre otros valores; sino que está viviendo, transformándose y expandiéndose”, prometió.
La máxima de la directiva de la FIPV es plantar banderas en sus predios, razón por la cual también intensifican sus acciones en África, Europa y América, teniendo como baluartes las tradicionales escuelas de Francia, España, México, Cuba y Argentina. En la actualidad están afiliadas 33 federaciones nacionales, pero a través del frontbol esperan llegar a 70 en breve tiempo.
“En una era de contracción económica no serán muchos los países que decidan construir nuestras instalaciones típicas, ni garantizar los materiales —artesanales en muchos casos— que requerimos. La idea es tomar una especialidad y dar el impulso, el impacto que permita capitalizar recursos con los cuales inyectar las restantes. No se trata simplemente de privilegiar una sobre la otra, sino de cambiar la locomotora”, aseveró.
Otro paso sustancial lidereado por Xavier y su equipo ocurrió en abril del 2015, cuando la Asamblea General de la FIPV modificó los estatutos para admitir que pelotaris profesionales actuarán en sus lides. Desde 1929 y hasta esa fecha, solo los amateurs habían tenido esa oportunidad.
“Como verá, tenemos estrategia, rumbo, decisión. Y Cuba es una pieza indispensable”, sentenció Casaubón a poco de despedirse.