Un “incendio” puso en tensión al cuerpo de guardabosques del circuito naval de Cajío. Con destreza los hombres lograron apagar el fuego… Solo fue un ejercicio para demostrar las habilidades adquiridas, pero en otras ocasiones han tenido que enfrentarlos.
“Hoy disfrutamos lo que tenemos, pero, ¿qué podríamos dejarles a otras generaciones, si no lo cuidamos?”, Jorge Peña, patrón de una embarcación del circuito, el cual radica en la provincia de Artemisa, muestra preocupación. Su trabajo le ha dado oportunidad de comprobar el daño causado a la naturaleza por los incendios y el hombre.
Según afirma, nació y se crió en una finca, en Chabeco, territorio holguinero. “Siempre me motivó el amor a los animales, a la flora y eso te lleva a trabajar en un lugar como este”, expresó.
Confiesa que fue un tío, José Antonio Peña, también guardabosque, el que lo embulló para venir a La Habana y dedicarse a ese oficio, a través del cual ha podido percatarse de los desmanes provocados por personas irresponsables que practican la pesca furtiva de todo tipo de especies.
“Por supuesto, combatimos los incendios forestales que resultan muy dañinos. Cuando se produce uno, la devastación puede ser total. Siempre se ha dicho que los árboles son el pulmón de la Tierra. ¡Imagínese un mundo sin árboles, sin animales, sin flora!”, alegó.
Otra persona que ha adquirido conciencia de la necesidad de cuidar el medio ambiente es Ramona Caravallo Cobas, integrante del cuerpo de guardabosques. “Hace ocho años comencé a laborar aquí y mi jefe lo primero que me orientó fue contribuir a evitar los incendios. Ahora, si pasa alguien y lo vemos tirando una colilla de cigarro o un fósforo encendido le llamamos la atención”.
Son muchos los que como ellos tienen esa perspectiva. Precisamente, durante el período crítico de enero a mayo del 2015 ocurrieron en el país 506 incendios forestales, los cuales afectaron más de 5 mil hectáreas. En esa etapa se impusieron un total de 2 mil 964 multas relacionadas con el uso del fuego sin autorización y por el incumplimiento de medidas preventivas, las cuales tuvieron un valor de 428 mil 660 pesos.
Dar vida a los manglares
Único de su tipo en el país, el circuito naval tiene la misión de proteger el litoral costero de las provincias de Artemisa, Mayabeque, Pinar del Río, Matanzas, que incluye la ensenada de la Broa y todo el litoral costero del municipio especial de Isla de la Juventud.
“Nuestro patrimonio forestal principal es el manglar, primera barrera que existe entre el mar y la tierra. El manglar es un ecosistema muy frágil, que se afecta con mucha facilidad. Recuperarlo es importante para evitar las penetraciones del mary la salinización de los suelos, además sirve de refugio a una gran cantidad de especies de la fauna”, expresó María Elena Álvarez Díaz, técnica en protección forestal de los recursos naturales del referido circuito.
“Trabajamos también en la detección de drogas, en la prevención del sacrificio y hurto de ganado mayor y en la protección de suelos, a través de los patrullajes, cuando se detectan infractores les imponen multas, pero lo más significativo, tratamos de concientizarlos para que no cometan de nuevo las ilegalidades”, apuntó.
Hay un corrimiento en el período crítico de ocurrencia de incendios forestales, declaró Raúl González Rodríguez, jefe del Departamento del Manejo del Fuego de la Jefatura del Cuerpo de Guardabosques de Cuba.
En este quinquenio 2011-2015, el mes de mayor afectación en los bosques fue marzo, lo cual rompe lo que históricamente sucedía, pues era abril. Como dato relevante añadió que entre los meses de junio a agosto del pasado año hubo 66 incendios, lo que no era habitual. Desde el 2012 hay un incremento en ese período, en este caso influyeron las altas temperaturas y la sequía reinante.
Afirmó que de los 506 incendios que tuvieron lugar en el período crítico se determinó el autor de 13 de ellos y se realizaron seis denuncias; impusieron un total de 2 mil 964 multas relacionadas con el uso del fuego sin autorización y por el incumplimiento de las medidas preventivas.
Según los especialistas, el 96 % de las causas obedecieron a acciones humanas: la negligencia un 90 %, intencionalidad un 2 %, y causas naturales un 4 por ciento. Entre las negligencias resaltan la quema para diferentes fines, la circulación de vehículos sin matachispas y la acción de pescadores y cazadores furtivos.
De acuerdo con Raúl González Rodríguez en la evaluación realizada sobre las perspectivas climáticas, se apreció que el período crítico de ocurrencia de incendios forestales (enero-mayo del 2016) estará influenciado por el fenómeno El Niño, que actualmente alcanza categoría de muy fuerte.
Entre los territorios a los que se les prestará mayor atención están: Pinar del Río, Matanzas, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma y el municipio especial de Isla de la Juventud.