Por Amaury M. Valdivia Fernández
Imagine la responsabilidad de conducir a un ejército sin saber a ciencia cierta qué fuerzas lo integran ni qué enemigos u obstáculos enfrentará. Al margen de tremendismos, tal es la situación en que se encuentran algunas empresas de Cuba.
Así lo han reconocido directivos del sector y especialistas de centros académicos: los problemas en la contabilidad y las finanzas, y su consecuente estela de descontrol, siguen siendo moneda corriente en el país. No por gusto, en años recientes se han incrementado las medidas disciplinarias y penales derivadas de comprobaciones realizadas por diferentes organismos.
Sin embargo, las consecuencias no quedan ahí. Lo peor es que con los malos balances financieros se escapan también recursos que pudieran marcar la diferencia entre los buenos salarios o la ineficiencia más crónica.
“Ahí es donde pretendemos incidir”, asegura Alfonso Larrea Barroso, director ejecutivo de la cooperativa no agropecuaria (CNA) Scenius, un emprendimiento creado hace poco menos de dos años y que en los últimos meses se ha extendido por la provincia de Camagüey con una vitalidad impresionante.
“Existe una gran necesidad sin cubrir, tanto de los negocios por cuenta propia, como de los estatales y de otras cooperativas. No se revela un secreto si se dice que la contabilidad todavía está lejos de ocupar el lugar que le corresponde. Hacia ese nicho de mercado se orienta la labor de Scenius”, comenta. La realidad lo respalda. Con un trabajo ya consolidado en La Habana, Villa Clara y Holguín, la CNA que dirige ha encontrado en la mayoría de los lugares muchos problemas, pero no menos potencialidades sin explotar.
Más que gasto, inversión
Al principio algunos directores no entendían la utilidad de contratar a especialistas “de la calle” para que les ayudaran a poner orden en sus cuentas o trazaran estrategias que permitieran un mejor aprovechamiento de los recursos. Aquellos días fueron los más difíciles, cuando Marianela Lovaina Quiñones estuvo a punto de desistir de su recién estrenada responsabilidad como representante de Scenius en Camagüey.
“Pero después que se logra el primer cliente ya está vencida la parte más complicada del asunto. El día que cerramos trato con la empresa pecuaria Triángulo Uno lo pude comprobar. Hoy no solo tenemos un contrato permanente con esa entidad, sino que hemos incursionado en acciones similares con la Empresa Cárnica, y prestamos servicios a otras como la Avícola, la Agropecuaria de Florida y Gelma, aunque la lista de interesados crece cada día”.
La razón estriba en la variedad de ofertas presentadas por Scenius y el alto grado de calificación de sus ejecutores, entre los que predominan especialistas procedentes del sector empresarial y la administración pública.
Uno de ellos es Emilio Batista Arango, quien por casi 40 años laboró en empresas como la Unión de Empresas del Caribe (Uneca). Así acumuló la experiencia que ahora le permite asumir una actividad exigente pero vital para la buena salud financiera de sus clientes.
“Lo mismo realizamos inventarios, que balances de las finanzas, depuraciones de cuentas o diagnósticos de la contabilidad. Es un campo de posibilidades muy amplio, que se adapta a las distintas circunstancias que encontremos e incluso puede llegar a convertirse en un servicio regular”, explica. “La buena salud de todo negocio radica en llevar sus números con el mayor cuidado posible; es ahí donde Scenius se vuelve un aliado útil para las direcciones, pues les permite detectar deficiencias y solucionarlas a tiempo”.
Ese fue el motivo que llevó a la Empresa Cárnica a prorrogar su acuerdo, apunta Jacqueline Rodríguez Gómez, directora interna de esa entidad, una de las más importantes de su tipo en el país. “Luego de una primera experiencia en la que ellos nos dejaron un plan de medidas para los departamentos centrales, decidimos extender su colaboración a las unidades de base. Es una oportunidad excelente para organizar nuestro trabajo de forma más eficiente, prevenir hechos de descontrol y prepararnos para enfrentar los retos que se presenten en el futuro”.
“No se trata solo de que detecten los problemas, también proponen soluciones y ayudan a implementarlas”, resalta por su parte Yoandry Abad Escobar, director de la Empresa Avícola. “Si se tienen en cuenta esos aspectos, y otros como la relación costo-beneficio de las ofertas hechas por Scenius se llega a una conclusión: contratarlos no constituye un gasto, sino una inversión”.
Apoyo para el sector estatal
Scenius representa un claro ejemplo de cómo las cooperativas pueden insertarse en las dinámicas de las instituciones estatales y contribuir a su perfeccionamiento.
Y todo ello sin trascender los límites del escenario local, pues asegura Lovaina Quiñones, “no hemos tenido que traer a nadie de otras provincias. Con los mismos especialistas de Camagüey logramos brindar servicios de calidad y alcanzar un alto grado de satisfacción de los clientes”.
Mas lo verdaderamente significativo ha sido cómo gracias a las acciones de la CNA se han abiertos nuevas oportunidades para el desarrollo de negocios y se han atajado a tiempo vulnerabilidades que pudieran haber resultado muy negativas. Todo ello gracias a la “luz larga” de un número cada vez más creciente de administraciones y la profesionalidad de una cooperativa que —al mejor estilo de un viejo refrán español— apuesta por tener siempre las cuentas claras y el chocolate espeso.