El presidente de los Estados Unidos pronosticó hoy lunes en La Habana el fin de la guerra económica practicada por su país contra Cuba durante más de cinco décadas.
“El embargo (bloqueo para los cubanos) concluirá, no sé exactamente cuándo, pero concluirá”, afirmó el mandatario ante la pregunta de un periodista, tras formular declaraciones a la prensa junto al presidente de los Consejos de Estado y de Ministros cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Lo que hicimos durante medio siglo no fue bueno, ni para el pueblo norteamericano ni para el pueblo cubano, apuntó Obama en referencia al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra Cuba desde 1962, y que La Habana considera como violatorio de los derechos humanos de los once millones de cubanos y el principal obstáculo al desarrollo económico y social de la pequeña isla antillana.
Obama hizo referencia a medidas adoptadas por su Administración para desmontar el bloqueo, las que son consideradas por el Gobierno cubano como positivas pero insuficientes para poner fin a la añeja política anticubana, que por su carácter violatorio del Derecho Internacional ha sido condenada, casi unánimemente, por la Asamblea General de las Naciones Unidas de manera ininterrumpida durante los últimos 24 años.
“Hoy existe un mayor interés en el Congreso para eliminar el embargo”, afirmó en referencia a que las medidas del bloqueo están codificadas en leyes de su país, las que solo pueden ser derogadas por el máximo órgano legislativo federal.
Durante su intervención ante la prensa Obama señaló su voluntad de continuar el proceso de normalización de relaciones iniciado entre ambas naciones en diciembre del 2014, e hizo mención de las amplias posibilidades de colaboración existentes entre Estados Unidos y Cuba.
Las declaraciones a la prensa fueron formuladas luego de concluidas las conversaciones oficiales sostenidas entre ambos mandatarios.
Barack Obama realiza desde ayer domingo una visita oficial a Cuba, que concluirá mañana martes. El presidente viaja acompañado de numerosos funcionarios de su Gobierno, además de congresistas y empresarios estadounidenses, así como de su esposa Michelle, sus dos hijas y su suegra.