Tres glorias del béisbol cubano coincidieron la mañana de este lunes en el Salón Adolfo Luque, justo en el corazón del mítico estadio Latinoamericano, con motivo de disputarse este martes el partido amistoso entre nuestra selección nacional y los Rayos de la Bahía de Tampa.
Omar Linares, Orestes Kindelán y Pedro Luis Lazo, tres luminarias de los diamantes cubanos e internacionales, afrontaron a la prensa local y visitante para patentizar su satisfacción por el evento y la posibilidad de que jugadores de su país puedan desempeñarse dentro de la MLB en condiciones normales.
Omar Linares, apodado como «El Niño», rompió el hielo asegurando que «para nosotros es un honor estar de nuevo en un partido histórico, ya que por segunda ocasión un equipo de la MLB se encuentra en Cuba para jugar contra nuestro equipo nacional. Este evento se da con vistas a mantener las relaciones deportivas entre Cuba y Estados unidos. Mañana el equipo cubano y el de Tampa brindarán su mejor juego para acercarse más».
Kindelán, el máximo jonronero de las series nacionales, afirmó que «hay mucho deseo por parte de ambos equipos de regalar un espectáculo maravilloso, para que tanto el pueblo de Cuba como el de Estados Unidos y el resto del mundo, que estarán presente gracias a la televisión, se sientan satisfechos del valor que tiene el béisbol, de lo grandioso y bonito que es por la cercanía que da a tantos pueblos».
Más adelante señaló que «en esta oportunidad voy a estar mirando el juego, no voy a participar como hice ante los Orioles de Baltimore, pero lo disfrutaré al cien por ciento y espero que el espectáculo sea lo más maravilloso posible y que gane el mejor. Gracias al equipo de Tampa por aceptar esta visita y esperemos que se repita».
Lazo, dueño de la marca de más victorias en la liga cubana, dijo sentirse «muy orgulloso de estar aquí representando a Cuba, aunque no como jugador, en este bonito encuentro que tendremos mañana. La oportunidad de volver a vernos con jugadores de Grandes Ligas es algo muy grande. Todos quisieran estar aquí donde nos encontramos nosotros y poder agradecer al equipo de Tampa por esta visita. Será bueno para nuestro país tener estos encuentros que ojalá sigan existiendo».
Un momento especial de la conferencia de prensa fue la respuesta de los ex peloteros a la pregunta sobre las recientes medidas del gobierno estadounidense, que permitirían a beisbolistas de la isla jugar en Estados Unidos sin los contratiempos actuales.
«Apoyo que todo atleta que tenga calidad pueda jugar en Grandes Ligas sin tener que desertar o lanzarse en una lancha. Es importante que ellos sean conscientes sobre la posibilidad de jugar en Grandes Ligas, que es el sueño de muchos peloteros por ser el mejor béisbol del mundo. Esta medida ayudará que el béisbol siga creciendo en nuestro país», estimó el pinareño Linares, doble campeón olímpico y varias veces mundial.
«Será lo más grandioso que pueda suceder. Tener la oportunidad de jugar en Grandes Ligas y regresar de nuevo con su familia, con sus amigos, es muy importante. Se eliminará así el riesgo de los atletas que toman tantas decisiones difíciles. Creo que muchos peloteros del tiempo de nosotros, que no tuvimos esa oportunidad, estamos muy de acuerdo y apoyamos que se dé lo antes posible. Así se unirían a muchos que tomaron otra decisión por sus propios medios y que aunque estén lejos jamás dejarán de ser cubanos. Esperemos que sea pronto para bienestar de nuestro béisbol, para que se llene de salud», comentó el santiaguero Kindelán, con similares méritos olímpicos que su compañero.
Y cuando el intercambio parecía llegar a su fin, un periodista japonés volvió a colocar en escena un tema de actualidad, al indagar sobre si en el escenario de normales relaciones entre Cuba y la MLB, las series nacionales podrían convertirse en colonia o sistema de las ligas menores del béisbol estadounidense.
«El béisbol cubano sobrevivirá en cualquier condición, ya que tenemos escuelas de formación en todo el país. En el transcurso de esta agonía de abandonos y deserciones, Cuba se ha mantenido en los primeros lugares del béisbol a nivel mundial. No seríamos una colonia del béisbol estadounidense, sino un país donde se formen los mejores jugadores del mundo que tengan la posibilidad de ser contratados por equipos de Estados Unidos y de brindar su mejor béisbol en la MLB. Cuba va a seguir creciendo, a pesar de que sean contratados sus peloteros. No todo el mundo puede llegar a Grandes Ligas, y nosotros seguiremos formando atletas como siempre», respondió Linares.
«Si el béisbol es el deporte nacional de Cuba es porque algún mérito tiene. Si hemos tenido este privilegio es porque todos los cubanos, sus dirigentes, todos los que nos gusta y amamos el béisbol hemos luchado por mantenerlo en la élite. Aunque se dé la posibilidad de que algunos atletas participen en Grandes Ligas, ajustaremos los esquemas y buscaremos la forma de que nuestra pelota se mantenga, pues nunca va a dejar de ser nuestro deporte nacional. El béisbol no se acabará nunca en Cuba, porque el día que falte alguien los veteranos volveríamos a jugar de nuevo», sentenció Kindelán, apodado como el «tambor mayor».