Los más de tres millones de trabajadores afiliados a los sindicatos de la Central de Trabajadores de Cuba, como parte de la sociedad civil cubana, recibiremos al presidente de los Estados Unidos con hospitalidad y respeto. Apreciamos la decisión de viajar a nuestro país, como un paso importante en los esfuerzos por avanzar hacia la normalización de las relaciones entre los dos países.
Encontrará una nación donde los trabajadores han sido capaces, a costa de grandes sacrificios, de salir adelante en los más diversos sectores de la economía y los servicios, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero que nos han impuesto durante más de medio siglo sucesivas administraciones estadounidenses y que aún se mantiene en pie, lo cual constituye el principal obstáculo a nuestro desarrollo.
Conocerá una realidad laboral caracterizada por el derecho al empleo sin discriminación de ningún tipo, remuneración igual para mujeres y hombres por el desempeño de la misma faena, seguridad social que incluye entre otros beneficios la protección a la madre trabajadora y a los jubilados y pensionados, y un sistema de justicia laboral único en el mundo que contempla la amplia participación de los trabajadores a la hora de dirimir los conflictos.
Aún en las circunstancias económicas más complejas, estos derechos se han preservado y nunca se ha recurrido a terapias de choque, como es habitual en otras naciones para buscar salida a las crisis, sino se ha apelado a la inteligencia y la capacidad de respuesta de las masas laboriosas, quienes han puesto a disposición sus experiencias y reservas, su creatividad y pensamiento innovador para sobreponerse a las dificultades y garantizar el cumplimiento de los planes de sus respectivos colectivos.
Trabajamos con el empeño de perfeccionar el modelo económico y social en pos de un socialismo próspero y sostenible. En ese propósito marchan junto a los trabajadores del sector estatal, el creciente número de los no estatales, quienes se han estado sumando de manera consciente a las filas de las organizaciones sindicales, convencidos de que constituyen un importante eslabón en la construcción del presente y el futuro de nuestro proyecto social, basado en el bienestar colectivo. Ellos han sido también amparados en el Código de Trabajo.
En esta visita acompañará al mandatario una amplia representación de hombres de negocios, lo que pudiera abrir el camino a vínculos económicos estables con empresas estadounidenses. De eliminarse las restricciones impuestas a Cuba podrían encontrar espacio en una nación que está enfrascada seriamente en su desarrollo económico, que ya ha acogido a empresarios de otras tierras, quienes han encontrado aquí tranquilidad ciudadana como garantía a sus inversiones y un capital humano altamente calificado, fruto de la política educativa de la Revolución iniciada con la epopeya de la alfabetización, que este año arribará a su aniversario 55, y del libre acceso, propiciado por el Estado, de forma absolutamente gratuita, a la preparación técnica o profesional que sea capaz de alcanzar cada ciudadano de acuerdo con sus potencialidades.
Los trabajadores estamos orgullosos de la tradición de lucha contra la explotación y a favor de la justicia social que defendieron al costo de sus propias vidas valiosos dirigentes sindicales como Jesús Menéndez, quien batalló por los intereses de los trabajadores azucareros y de la nación cubana frente a monopolios estadounidenses y representantes del gobierno de ese país. Somos además continuadores del legado del justamente llamado Capitán de la clase obrera cubana, Lázaro Peña, que siempre abogó por la unidad y subrayó que el sindicato tiene que ser de todos.
En esta coyuntura ratificamos que no renunciaremos nunca a la unidad lograda por nuestros trabajadores, ni a nuestros ideales revolucionarios, antimperialistas y de justicia social, ni a la vocación solidaria con las causas justas del mundo. Esperamos que el proceso iniciado entre ambas naciones se lleve adelante sobre bases de igualdad, sin condicionamientos y con respeto a nuestra independencia y soberanía.
Central de Trabajadores de Cuba
Claro, cuando se ha visto que alguien renuncie a sus privilegios. Claro que los argumentos son validos, pero nada tiene que ver con la CTC.