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Mujeres en el centro del futuro

Mi abuela María siempre sintió una sana envidia por lo que podían hacer las mujeres de este tiempo, desprendido (en buena parte) del ancestral machismo en el cual ella se crió. Le hubiera gustado ser doctora, pero ese era un sueño tan lejano que ni siquiera se dio el gusto de soñarlo.

Miles de Marías existieron en Cuba con igual desesperanza. La oportunidad de mirar hacia el futuro llegó con el esplendor que irradió el triunfo de la Revolución en todos los rincones del país, cuando la historia empezó a ser otra. Mucho tuvo que ver en ello el pensamiento humanista, de igualdad y solidaridad del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Fiel a sus principios y a su filosofía sobre la necesaria igualdad de derechos, en la Sierra Maestra, Fidel entregó fusiles a un grupo de osadas mujeres que estaban dispuestas a defender la patria; y fundaron el Pelotón Femenino Mariana Grajales, orgullo de las cubanas.

Después de 1959 las transformaciones fueron tan profundas y sistemáticas, que en un momento él llegó a expresar que la revolución de las mujeres era una revolución dentro de la Revolución. Las políticas y programas implementados y el respaldo de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), creada el 23 de agosto de 1960 —lidereada por Vilma Espín—, resultaron vitales en su empoderamiento.

El escenario fue propicio para que ellas transformaran sus vidas y alcanzaran niveles nunca antes imaginados. Saltaron los más disímiles obstáculos para revertir los años de enraizado machismo y poco a poco fueron ocupando un espacio en todos los sectores de la sociedad.

Si se afirma que significan el 66 % de la fuerza técnica profesional, el 48 % de las científicas, el 65 % de las estudiantes universitarias y el 48 % de la fuerza laboral en el sector estatal civil, por solo poner esos ejemplos, es porque aprovecharon al máximo las oportunidades ofrecidas a lo largo de más de cinco décadas.

Hoy el lugar ganado se visualiza en todos los grandes momentos que vive el país. Recientemente se informó que el 43,2 % de los participantes en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, que tendrá lugar el mes próximo, son mujeres. No es una cifra casual; han sido elegidas en igualdad de condiciones y serán responsables de enriquecer los debates durante el evento partidista.

Y es que la emancipación de las cubanas, tal como afirmó Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC, es una de las principales conquistas de la Revolución. Esa ha sido una política iniciada por Fidel y que continúan Raúl y la dirección del país.

Para la FMC el reto sigue siendo mantener su vitalidad y protagonismo. De ahí que convocaran este año al proceso político denominado FMC: 56 años conquistando el futuro. La misión es continuar incorporando a las jóvenes a la vida de la organización, pues es el único modo de mantenerla viva y dotarla del entusiasmo y creatividad que la han caracterizado.

Mucho pueden hacer en los tiempos actuales desde la comunidad. La lucha antivectorial, la prevención del embarazo en la adolescencia, el rechazo al uso y consumo de drogas, la violencia intrafamiliar, entre otros, son temas de gran impacto para la sociedad, que demandan de su atención.

Las propias Casas de Orientación a la Mujer y la Familia son muestras de cuánto puede hacerse si se aprovechan bien en cada municipio. De hecho, durante el 2015, unas 637 mil 657 personas, de ellas, el 64 % muchachas y muchachos, fueron habilitados en oficios que los preparan para irrumpir en el trabajo por cuenta propia.

En la balanza, por supuesto, se ha avanzado un extenso camino. Sin embargo, aún quedan vestigios de machismo, vinculados con patrones culturales discriminatorios que condicionan actitudes, valores y conductas acerca de lo femenino y lo masculino y que al decir de los especialistas, son las bases de las desigualdades existentes.

Seguir cumpliendo los sueños de igualdad y justicia de Fidel —a quien las federadas rinden homenaje en su cumpleaños 90— y reverenciar la huella dejada por Vilma Espín en la defensa de los derechos de la mujer, tendrá que seguir siendo el sendero que marque la labor de la FMC.

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