Los trabajadores de la Unidad Económica de Base Pescatun, en la provincia de Las Tunas, han dado una respuesta adelantada al más reciente llamado del General de Ejército Raúl Castro, en relación con el imperativo de ser más disciplinados y constantes en la higienización del país, porque la nación se integra de cada pedazo de tierra que habitamos en nuestra geografía.
Allí, desde el mismo umbral, se percibe el orden y la higiene que domina sus extensas áreas exteriores –unos 10 mil 500 metros cuadrados-, porque la vigilancia perseverante y perspicaz de su colectivo laboral ahuyenta a los mosquitos del género Aedes, peligrosos vectores capaces de trasmitir Dengue, Chikungunya, Zika y Fiebre Amarilla.
En la garita, con un cordial saludo me recibe Roberto Rodríguez, uno de los custodios, quien al conocer el objetivo de la visita reporteril y, sin que mediaran interrogantes, espetó: “Podrán fumigar, una y mil veces, pero sí los trabajadores y el pueblo, en general, no cooperan seguiremos en las mismas. Los mosquitos y las amenazas seguirán. Hay que hacer el autofocal, en la casa y en el trabajo. Todos tenemos que contribuir”.
Puertas adentro
Es temprano en la mañana. El colectivo celebra el matutino y cuando concluye cada quien va a su puesto de trabajo. Puertas adentro llama la atención el orden y la limpieza de sus áreas.
“Aquí no podemos descuidarnos”, dice Amelia Nuez Sobrecueva, especialista en Capital Humano y organizadora de la sección sindical, y abunda: “Tenemos bien identificadas las amenazas. Este es un centro proclive a la focalidad, y aunque los mayores riesgos están en el área de procesamiento del pescado no descuidamos ningún otro sitio.”
Y en esa parte de la instalación el drenaje de agua es constante y la actividad genera muchos desperdicios sólidos, los cuales pueden provocar tupiciones y crear sitios favorables al abrigo y reproducción del mosquito.
Pero, “todos los días hacemos un recorrido desde la cisterna, en el exterior de la nave, y revisamos que el flujo de agua sea continuo por los canales de desagüe. Al final de la jornada desinfectamos con los productos químicos normados, barremos las zanjas internas del área de procesamiento hasta el canal de desagüe, que está conectado al C-P4, conductora que evacua los desechos de la ciudad”, enfatiza Adalberto Leyva Segura, especialista en Gestión de la Calidad en la UEB.
Mancomunar esfuerzos
Esta batalla crucial por la salud humana no es asunto de unos pocos, pues solo con esfuerzos mancomunados y conscientes es posible cambiar el panorama higiénico sanitario que impera en muchos de nuestros centros de trabajo, y en calles de ciudades y pueblos.
Por eso estimulan tanto las palabras de Claudina Mónica Almanza, auxiliar general en Pescatun, quien, sin dejar de mover la escoba confiesa: “Mis compañeros son muy buenos conmigo. Ellos me ayudan a mantener la limpieza. La fumigación es muy importante, pero la limpieza debe ser permanente, porque es una forma de defender la salud de nuestro pueblo y de ayudar a cuidar a la familia.”
En Pescatun la higiene no parece algo de coyuntura u ocasión, “constantemente procuramos que no haya nada que pueda servir de refugio a los mosquitos”, asegura Maritza Coroneaux Bravo, especialista en Seguridad y Salud del Trabajo en la entidad, y explica que las orientaciones y la fiscalización de este sensible asunto lo extienden a las cuatro zonas de pesca, en los municipios de Manatí, Jesús Menéndez, Colombia y Majibacoa, “nosotros les damos las orientaciones y controlamos su cumplimiento. Hasta ahora nunca no nos han reportado focos”, asegura la entusiasta joven.
Maritza explica que “antes el autofocal era semanal, en estos días de emergencia lo hacemos diariamente. Cada área asume la responsabilidad de mantener limpio y ordenado su entorno; y, todos los jueves en la tarde cambiamos de labor, y el tiempo lo dedicamos a la higienización”.
“Desde el área de Aseguramiento y Servicios también contribuimos”, remarca Arsenio Poulout Mendoza, el directivo de ese frente, quien confirma que son planificados los insumos y los medios necesarios para el saneamiento ambiental.
Juntos podemos
Lenin Modesto Mora Cera funge como director de Capital Humano y es, además, secretario general del núcleo del Partido, organización que, según dijo une los esfuerzos de todos en esta causa común por la salud de los trabajadores y del pueblo, “también fiscalizamos que las cosas se hagan bien y ahí están los resultados”, asevera.
Y en esa actuación oportuna y conjunta está la fórmula del éxito en este combate contra un “pequeño” enemigo, devenido amenaza para la salud pública, sector al que el Estado cubano designa millonarias partidas presupuestarias que son garantías de sostenibilidad de estas prestaciones gratuitas, ahora amenazadas por epidemias que se pueden prevenir.