Para este quinto mes del período escaso en lluvias en Cuba se prevén totales de precipitaciones similares a los de febrero, que estuvieron algo por debajo de sus indicadores acostumbrados, lo cual reafirmó la tendencia registrada: los acumulados de pluviosidad en los últimos doce meses no redujeron las áreas afectadas con déficits.
Los especialistas del Centro del Clima, adscrito al Instituto de Meteorología (Insmet), estiman que tal situación obliga a continuar prestando atención al tema de la sequía, considerando que transitamos hacia el último bimestre del período en que menos llueve.
Tal comportamiento se encuentra enmarcado por la influencia del todavía fuerte evento El Niño – Oscilación del Sur (ENOS), que ahora comenzó su declinación de forma gradual y debe llegar a la normalidad a mediados del presente año.
La falta de pluviosidad puede aumentar si se cumple al pie de la letra lo que normalmente ocurre al finalizar la influencia de ese tipo de evento. Entonces extrañaremos las precipitaciones entre mayo y julio.
Sin embargo, precisa la fuente, hasta el momento los modelos indican la posibilidad de que el mes de las flores no sea seco y tampoco junio, al menos para el occidente.
Un marzo fresco con temperaturas máximas cercanas a lo normal se vaticina según el boletín mensual de la Vigilancia del Clima que publica ese órgano, a partir de la información preliminar que emiten las redes de estaciones del Insmet y las Pluviométricas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
Tampoco descartan la posibilidad de tormentas locales severas vinculadas al paso de los sistemas frontales, que además, podrían provocar inundación costera en el litoral norte de la mitad occidental de Cuba.
Sigue la sequía
En cuanto a las lluvias, el mes anterior estuvo ligeramente por debajo de sus guarismos acostumbrados, sobre todo en las regiones occidental y central, donde representó el séptimo y onceno más deficitario desde 1961, en ese orden.
Las provincias con mayores áreas afectadas fueron Artemisa, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, y las carencias más significativas se localizaron en los municipios de Bahía Honda, San Cristóbal, Bauta, Mariel, Cumanayagua, Cifuentes, Manicaragua, Santa Clara, Cabaiguán, Sancti Spíritus, Yaguajay y Florencia.
Tales resultados no hacen más que remarcar la predisposición que arroja la evaluación de los últimos 12 meses (marzo 2015- febrero 2016), cuando el 29 % de toda Cuba presentó insuficiencias en los acumulados de las precipitaciones.
De ese porcentaje, un 3 % fue catalogado de severo a extremo. Las zonas con más escaseces del líquido se sitúan en los territorios de Las Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo. En cuanto a municipios la situación más crítica está en Baraguá, Florencia, Guáimaro, Najasa, Amancio, Colombia, Jobabo, Buey Arriba, Segundo Frente, Tercer Frente, Baracoa y Yateras.
Resultado directo de esa situación es que hasta las ocho de la mañana de este sábado las presas estaban al 52 % de su capacidad de llenado, con 15 secas, ocho de ellas ubicadas en Las Tunas y Camagüey; en tanto 61 se encontraban entre el 25 y el 50 % de sus posibilidades de acopiar agua.
Los dos territorios mencionados clasifican entre los cuatro con la mayor depresión de sus embalses, con el 25,4 % y 33,8 %, respectivamente, acompañados de Santiago de Cuba (28,6 %) y Guantánamo (38,2 %).