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Persiste discriminación de la mujer trabajadora en el continente

Foto: Francisco Rodríguez Cruz
Foto: Francisco Rodríguez Cruz

 

Las numerosas desigualdades asociadas al género que todavía persisten en el ámbito del trabajo fueron el centro de varios debates durante la segunda jornada del X Encuentro Internacional de Abogados Laboralistas y del Movimiento Sindical, que sesiona en La Habana hasta este viernes con la presencia de más de 300 especialistas de 19 países.

Yaneth Vargas Sandoval, de Colombia, analizó las manifestaciones más frecuentes de la discriminación de la mujer tanto en el trabajo formal como el informal, las cuales abarcan desde la posibilidad de acceso y la brecha salarial en relación con los hombres ante labores similares; hasta la vulnerabilidad extrema de las mujeres que realizan servicio doméstico o asumen la función de cuidadoras en el hogar.

Tales inequidades que padecen las trabajadoras repercuten incluso más allá de su edad laboral, pues los planes de pensiones dependen de los empleos que contribuyan a la seguridad social, para los cuales muchas veces están en desventaja por ser mujeres, o no pueden acceder a ellos, precisó la experta.

La sociedad insiste ahora algo más en la no discriminación y violencia hacia la mujer en el ámbito doméstico, pero todavía las trabajadoras son muy vulnerables a tales fenómenos en el contexto laboral, profundizó Xinia Pérez Quesada, de Costa Rica.

Foto: Francisco Rodríguez Cruz

La jurista tica detalló siete instrumentos jurídicos internacionales que buscan garantizar los derechos de las mujeres, pero todavía en muchos casos estos son letra muerta ante las agresiones que sufren las trabajadoras, no pocas veces causantes de estrés y daños a su salud.

Carla Bracchi, de Brasil, exhortó a quienes ejercen la abogacía a emplear más estos tratados internacionales sobre los derechos de la mujer, para acercarlos también a los jueces y tribunales, que suelen estar demasiado apegados solo a las leyes locales.

La importancia de comprender en toda su complejidad las formas múltiples de discriminación que pueden coincidir en contra de una mujer, motivó la reflexión de Liset Mailén Imbert Milán, asesora jurídica del Centro Nacional de Educación Sexual, de Cuba, quien ejemplificó varias condiciones que en la Isla pueden todavía implicar desventajas sociales para mujeres y hombres, relacionados con el color de la piel, el lugar de nacimiento, la formación profesional o la orientación sexual.

También en otro debate, Mary Carmen Larralde Hurtado, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México, abordó las políticas discriminatorias hacia la mujer a partir del condicionamiento de determinados beneficios solo a la maternidad. Hay mujeres solas, que trabajan, y deciden no tener hijos, que están en desventaja, explicó.

Foto: Francisco Rodríguez Cruz

La eliminación de derechos laborales para ciertos trabajos cuya fuerza laboral ha sido mayormente mujeres o personas negras, trabajadoras domésticas, promotoras o cuidadoras de salud, entre otros, es también una realidad en los Estados Unidos, según expuso Natasha Lycia Ora Bannan, presidenta del National Lawyers Guild.

Los sectores de trabajo menos vigilados se prestan para más explotación, razonó la jurista, y generalmente los ocupan trabajadores y trabajadoras de comunidades marginalizadas, o que tienen varias identidades que les hacen aún más vulnerables al maltrato y abuso del patrón.

Por eso, es más difícil llegarles e informarles de sus derechos, organizarlos, y hasta convencerles de participar en un proceso legal, apuntó Ora Bannan, quien caracterizó la discriminación por género, color de la piel y origen o etnia que sufren los trabajadores inmigrantes en trabajos precarios dentro de los Estados Unidos.

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