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Feria del Libro en Cienfuegos: Lo que mal comienza… (+ Fotos)

Pocos libros, pocas personas. Foto: Barreras Ferrán.
Pocos libros, pocas personas. Foto: Barreras Ferrán.

 

En ninguna de las ediciones anteriores de la Feria del Libro en Cienfuegos —y esta es la número 25— se había visto en los puntos de venta el día inicial tan pocos libros y tan poca gente. Es como si hubiese muchos tuvieran la premonición de que escasearían los textos y que los títulos deseados no estarían al alcance de los lectores.

Es cierto —no lo discuto— que la también llamada Fiesta del Libro y la literatura tiene programas muy interesantes, como la presentación de obras, la impartición de conferencias, muestras de cine y de otras manifestaciones artísticas, encuentro de escritores con lectores en centros laborales, escolares y penitenciarios y unidades militares, pero, en buen cubano, “el pollo del arroz con pollo” de la Feria es y será el libro.

Estantes y mesas casi vacíos, anemia de público y títulos agotados a la hora de iniciarse la venta, como las codiciadas Cuquitas infantiles, por ejemplo, fue lo que aprecié en los primeros momentos, durante la mañana de este miércoles, en los kioscos ubicados en el céntrico Paseo del Prado cienfueguero.

Una maestra —evidentemente buena— llevó temprano a los niños de su aula a la Feria del Libro, pero para ellos pasó inadvertida. Fue tajante en su planteamiento: “¿Cómo un niño va a comprar un libro infantil en 7 o 10 pesos?, eso es una locura”.

A través de un amplio material publicado en el periódico Granma este lunes pudo conocerse del incumplimiento de los compromisos editoriales debido a la entrada tardía del papel importado, cuestión perfectamente entendible por las vaivenes del mercado, los precios y lo difícil que se le hace a Cuba adquirir productos en el exterior debido a las presiones que materializan el bloqueo estadounidense.

Ante situaciones como esa, pudiera quizás realizarse la Feria del Libro cada dos años y así poder acumular títulos y libros que satisfagan más y de mejor manera el interés de los lectores.

La venta de productos industriales no resulta adecuada. Foto: Barreras Ferrán.

 

Por otra parte, vale preguntarse: ¿Y por qué no se dijo en los medios de comunicación? ¿Por qué no alertar a tiempo y apelar a la comprensión de la población lectora, lo mismo para la edición capitalina que la cienfueguera?

El panorama que se aprecia —al menos el de hoy en Cienfuegos— hace pensar con dolor en la posibilidad de que la fiesta de la buena literatura desaparezca en algún momento o se reduzca a solo el capítulo habanero, y ambas decisiones resultarían nefastas, porque significaría retroceder en un espacio ganado con inteligencia y voluntad.

Hay que pensar, sobre todo, pues ante grandes problemas resulta preciso encontrar soluciones sabias.

No obstante, los cienfuegueros tienen desde hoy y hasta el domingo la posibilidad de asistir también al siempre atrayente Pabellón Infantil Tesoro de Papel, al Programa Profesional y Literario en la biblioteca provincial Roberto García, a las peñas y actividades en instituciones culturales y centros de diversos sectores, al Pabellón Juvenil Dios y los locos, al área de informática montada para la ocasión, y a los programas deportivos y culturales que se realizan.

Ojalá esta vez no se cumpla la popular sentencia que afirma: “Lo que mal comienza, mal acaba”.

Anemia de libros en los kioscos de venta. Foto: Barreras Ferrán.

 

Libros infantiles, precios elevados. Foto: Barreras Ferrán.
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