Una organización sindical es creíble y tendrá liderazgo si además de ser reivindicativa y señalar problemas tiene también la capacidad de aportar, afirmó Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), durante el balance anual del comité provincial de esa organización en La Habana.
El sindicato está en el centro de trabajo, por tanto el funcionamiento tiene que expresarse en su quehacer, capacidad de influencia y de transformación hacia el escenario laboral actual en medio de cambios, como resultado de la implementación de los Lineamientos.
Tras argumentar la necesidad de la capacitación llamó a que el sindicato conozca, aborde y discuta el tema de la negociación colectiva con los empleadores y llevarla a la asamblea de afiliados; ahí es donde se informa el presupuesto para los medios de protección individual y alimentación, se pacta la jornada laboral y aprueban los sistemas de pago.
Luego de ponderar que en la capital hay un sistema de trabajo dirigido a elevar gradualmente el nivel del liderazgo sindical, dijo que también se han diseñado vías de diagnóstico, fiscalización y control acerca de cómo los cuadros intervienen en la transformación de los problemas detectados. No basta con identificarlos, hace falta encontrarles la solución, acotó.
Amplio intercambio de criterios suscitó lo relacionado con la Resolución 17. Según el informe a la reunión presentado por Luis Manuel Castanedo Smith, secretario general de la CTC capitalina, “se aprecia mucho desconocimiento y poco dominio de las direcciones administrativas y sindicales, lo que ha provocado improvisaciones con impacto negativo en no pocos colectivos”
En opinión de Romilio Salazar, secretario general del sindicato de trabajadores del Transporte y Puertos en el territorio, “es un documento para estimular la productividad”, y agregó que en la mayoría de las empresas del sector hay un reglamento para ponerla en práctica.
Al decir de Natalia Medina Benítez, secretaria general del sindicato de trabajadores de las Ciencias en La Habana, “la aplicación de la Resolución 17 no puede salir bien sin garantizar aspectos como la correcta organización de la producción, el aseguramiento técnico material y un adecuado diseño del sistema de pago; ahí está el papel del sindicato, pues en la medida que tengamos cuadros más preparados habrá mejores condiciones para que tales cosas se logren”.
De interés resultó la intervención de Jorge Gútiez Sánchez, representante sindical en el área de trabajadores no estatales en el puente de 100 y Boyeros, al detallar cómo se ha logrado allí la firma del contrato que norma las relaciones jurídicas y laborales entre el empleador y la persona que presta servicio como cuentapropista. Lo suscribieron 41 personas y aspiran a alcanzar al 100 por ciento.
Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente del Consejo de Estado, instó a convertir en realidad la participación de los trabajadores en la conformación del plan de la economía, el presupuesto y programas de desarrollo mediante fórmulas prácticas.
No es posible —dijo— que en las reuniones a nivel de ministerio y de otras instancias falten los dirigentes sindicales, quienes deben asistir con preparación, dominio y conocimiento de lo que se está proponiendo y llevar valoraciones de su colectivo. Las mayores reservas que tenemos están —apuntó— en aprovechar el conocimiento de los obreros, ingenieros y técnicos en función de minimizar los efectos negativos y problemas organizativos.