“A Estados Unidos, más que a la Unión Europea (UE), le resulta conveniente el mantenimiento de un foco de tensión en la frontera de Rusia. Así evita su emergencia como gran potencia. Esto es parte de lo que llamaría una ofensiva de Washington y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), en primer lugar contra ese país”, asegura el Máster en Ciencias Santiago Pérez Benítez, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba.
Solo la Casa Blanca puede obligar a Kiev a cumplir los acuerdos de Minsk debido a que Europa está perdiendo su independencia en política exterior, declaró el 10 de febrero del 2016 el ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov. Agregó que de Washington salió la idea de levantar las sanciones a su país en dependencia del cumplimiento de los mencionados compromisos.
La falta de disposición de las autoridades ucranianas para consumar lo pactado en Bielorrusia, había sido denunciado por Moscú en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce).
Los acuerdos de Minsk, aprobados el 12 de febrero del 2015, y avalados por Alemania, Francia, Rusia y Ucrania (Cuarteto de Normandía), estipulan medidas como el alto al fuego y la retirada de las armas pesadas de la línea de separación, obligan a Kiev a entablar un diálogo directo con las milicias de los territorios en conflicto, realizar una reforma constitucional y celebrar elecciones locales en las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ubicadas en la región de Donbás. La nación de Europa del Este celebró en octubre del mismo año comicios de este tipo en todo su territorio, excepto en esa zona.
El 22 de febrero del 2014 fue derrotado el presidente constitucional de Ucrania Víctor Yanukóvich; dos meses después, el nuevo Gobierno lanzó una operación militar contra los rebeldes del Donbás contrarios al cambio de poder. A raíz de la crisis ucraniana, las relaciones entre Rusia y Occidente sufrieron un deterioro.
Ucrania, la UE y Estados Unidos culpan a Rusia de intervenir en el conflicto, algo que Moscú ha negado repetidamente, no obstante le impusieron sanciones. “El Kremlin no está interesado en fomentar la inestabilidad cerca de sus fronteras, lo que no quiere decir que se haya cruzado de brazos, se han visto grandes caravanas de ayuda humanitaria hacia Donbás, así como apoyo político y diplomático. Pero, como la guerra también es mediática, lo que plantea el Gobierno ucraniano y Occidente, es que Rusia es la culpable”, puntualizó el analista político.
“La crisis de hace dos años tuvo componentes internos porque había una oposición al Gobierno de Yanukóvich, pero fue promovida y después ampliada por intereses de Occidente que buscan debilitar el flanco occidental de Rusia”, aseguró Santiago.
Los líderes del Cuarteto de Normandía acordaron poco antes de finalizar el pasado año prolongar la vigencia de los acuerdos alcanzados en la capital bielorrusa, y subrayaron la necesidad de cumplir el alto al fuego. Por su parte, los observadores internacionales denuncian que las tropas ucranianas aumentan las violaciones a la tregua pactada por el Grupo de Contacto Trilateral (Rusia, Ucrania y la Osce).
El presidente ucraniano Petró Poroshenko estima necesaria una nueva hoja de ruta para garantizar la paz, y descarta aceptar la soberanía de las repúblicas insurgentes pues no considera prudente avanzar hacia la federalización del país. No obstante, el representante de Donetsk ha expresado que es imposible el retorno de Donbás a Ucrania.
Mientras, el presidente de la Rada Suprema (Parlamento), Volodymyr Groisman, admitió que la reciente renuncia de altos cargos del Gobierno marca la entrada del país en una grave crisis política.
El ministro de Economía, Aivaras Abromavicius, presentó el 3 de febrero su dimisión tras denunciar corrupción en las filas de la coalición gubernamental. Días después el mandatario ucraniano pidió al primer ministro Arseni Yatseniuk, dejar la jefatura, lo mismo que al fiscal general.
El Premier cuenta con el respaldo de poderosos oligarcas en el legislativo que tratarán de garantizar su permanencia en el poder. Según la prensa, un cambio en el gabinete puede hacer peligrar sus intereses financieros.
Entre tanto, la economía del país se debilita. Este año Kiev “prevé” recibir ayuda monetaria de Occidente; aunque analistas señalan que es difícil invertir en un país con situación tan delicada. “Ucrania ha perdido las relaciones con Rusia que era su mercado natural; ni los países de la UE, ni Estados Unidos, han sido capaces de llenar el espacio que tuvo con la nación euroasiática”, expresó el especialista.
La ONU denuncia que el conflicto bélico interno en estos dos años ha causado a la población ucraniana más de 9 mil muertos. Además se reportan alrededor de cuatro millones de desplazados y centenares de miles de inmuebles destruidos.
Señala Pérez Benítez: “Creo que en Ucrania se va a mantener una situación de inestabilidad, hay muchos conflictos latentes. No veo una solución en corto plazo, son demasiado fuertes las contradicciones presentes”. Las causas están ahí, en cualquier momento puede haber una escalada, hay sectores de la derecha que esperan el momento para incrementar las hostilidades.
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