Cuando restan ocho partidos para cada equipo —más algún que otro suspendido que quizás sea necesario celebrar— en esta segunda fase de la temporada beisbolera, Pinar del Río, Matanzas y Ciego de Ávila caminan seguros hacia los play off, en tanto el cuarto cupo se ha enrarecido para los Industriales, a pesar de que la ventaja sobre Holguín es todavía seria, aunque no definitoria.
La tropa vueltabajera vuelve a ser de las más temidas en una discusión de título, no solo por el mejor pitcheo y la garra para jugar finales, sino por el acople y la unidad apreciable entre jugadores y dirección, lo cual no siempre se valora a la hora de un resultado. Si logran un refuerzo más para el campo corto para la semifinal podrán “fumar tabaco” de lo lindo.
En el caso de los yumurinos, no pocos aseguran que sin la nómina de otros años este puede ser el campeonato de oro para Víctor Mesa y una provincia que no celebra desde aquellos bicampeones Henequeneros (1990-1991). Más pitcheo y jugadores de fuerza debieran sumárseles en la postemporada, aunque la garantía del éxito será aprobar la asignatura que tienen pendientes hace tres años: ganar el juego bueno.
Los tigres avileños viven el peor momento de la campaña, pero era previsible por las lesiones de jugadores claves y porque nadie puede sostener un rendimiento tan alto por tanto tiempo. Roger ha reiterado que pedirá más lanzadores, aunque no está de más otro bateador. Doblar la corona es algo que no se consigue desde el 2007-2008 por Santiago de Cuba, y eso siempre pesa sobre los nervios de los peloteros.
El rostro azul de nuestro béisbol se resintió, sin duda, por el abandono de par de jugadores guías, que unido a su débil cuerpo de pitcheo ha convertido cada partido en un reto más difícil que el anterior. Para rematar, ni en su estadio principal actuarán de local en dos subseries de vida o muerte. Sin embargo, pesa sobre ellos una historia que, si saben honrarla, les aseguraría al menos un cuarto y decoroso lugar. Dos lanzadores y un bateador deben estar en la mente de Javier Méndez como refuerzos si avanzan.
No puedo dejar de mencionar a Holguín, con un renacer que merece aplausos y hará estallar su estadio si logran el milagro de clasificar entre los cuatro punteros. Su mentor ha regalado cátedra de dirección, pero el cierre con los tigres avileños compromete mucho ese avance, sobre todo a partir de las dos derrotas con Isla de la Juventud. Ahí se les fue quizás la gran esperanza.
Finalmente, sostengo que la elección de tres jugadores más para los play off puede cambiar más de un pronóstico. Y eso siempre levanta polémica y expectación. Bienvenidos sean entonces.