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Historias olímpicas cada 20 años

Félix Savón tributó premios dorados en 1992, 1996 y el 2000.
Félix Savón tributó premios dorados en 1992, 1996 y el 2000.

La historia tiene vericuetos inexplicables, pero en el caso de los Juegos Olímpicos hay algunos en sintonía, a partir de decenas de indicadores. Hoy proponemos revisar las actuaciones de Cuba cada 20 años, lo cual nos acercará a qué pudiera suceder en Río de Janeiro solo tomando en cuenta tendencias numéricas, no la dura realidad que trasciende cualquier cálculo inicial.

Para lograr un mejor acercamiento dividiremos el análisis en cinco apartados, en los cuales están contemplados incluso los años que no contaron con citas (1916, 1940, 1944) por las guerras mundiales. Nos concentraremos en los deportistas cubanos, pues de otro modo habría que sumar otras interpretaciones y no es ese el objetivo.

Ediciones de 1900-1920-1940-1960-1980-2000

De las cinco posibles asistencias, solo en Amberes1920 no participamos y excepto la sequía de medallas en Roma 1960, en todas las demás Cuba sumó al menos un oro, con destaque para el primer campeón olímpico, Ramón Fonst, en París 1900; el cuarto lugar por naciones en Moscú 1980 con ocho títulos y la segunda mejor faena en cuanto a doradas, rubricada en Sídney 2000 con 11. Son buenos estos años en cuanto a producción de preseas, pues es el segundo período con más podios alcanzados: 51 (20-19-12).

Ediciones de 1904-1924-1944-1964-1984-2004

Aunque solo dejamos de asistir a Los Ángeles 1984, es el segundo ciclo menos productivo para Cuba con 37 medallas en total (13-10-14). Sobresalen las actuaciones de la esgrima en San Luis 1904 con cuatro coronas —otra vez Fonst fue el guía—; y del boxeo en Atenas 2004 con cinco monarcas. El período está marcado además, por la mejor faena antes de 1959 de una embajada deportiva, así como por el primer metal luego del triunfo de la Revolución, conquistado gracias a las veloces piernas de Enrique Figuerola, plata en 100 metros en Tokío 1964. En el recuerdo queda también el tercer y último título del béisbol en la capital griega.

Ediciones de1908-1928-1948-1968-1988-2008

Es quizás el lapso que nadie quisiera compartir, pues a pesar de la solitaria inasistencia a Los Ángeles 1984, solo se archivan 29 medallas y apenas dos títulos (2-16-11). Dayron Robles en 110 con vallas y Mijaín López en lucha greco, ambos en Beijing 2008, son los únicos monarcas. Sin embargo, es el apartado de las primeras ocasiones, pues el yatismo logró su estreno en podios olímpicos con la plata de Carlos de Cárdenas Plá y Carlos de Cárdenas Cumel, en la clase star, al igual que el boxeo a través de los puños de Enrique Regüeiferos y Rolando Garbey, subtitulares en México 1968, donde rompieron también el celofán las mujeres del atletismo con un segundo lugar en el relevo 4×100. Yoanka González siguió siendo la mujer grande de su deporte con plata en la capital china, algo jamás alcanzado por el ciclismo cubano.

Ediciones de 1912-1932-1952-1972-1992-2012

Tras faltar a las dos primeras citas en Estocolmo 1912 y Los Ángeles 1932, el deporte cubano alzó vuelo desde Múnich 1972, donde llegaron los primeros púgiles de oro, encabezados por Stevenson .Sin embargo, el punto culminante recayó en Barcelona 1992, cuando se terminó en quinto lugar por naciones, con 14 títulos, de ellos los iniciales para la selección femenina de judo (Odalys Revé), la propia lucha clásica (Héctor Milián) y el conjunto femenino de voleibol. Más reciente, en Londres 2012,  la precisión dorada del tirador de pistola Leuris Pupo abrió otro capítulo inédito para nuestro movimiento deportivo. Es el más acaudalado de los períodos con 53 galardones distribuidos en 20-10-21.

Ediciones de 1896-1916-1936-1956-1976-1996 –¿2016?

Es el que más nos interesa porque este año Río de Janeiro entra a la escena. Sin representantes en Atenas 1896 y Berlín 1936, las hazañas más brillantes se reservaron para Montreal 1976 con el doblón dorado de Alberto Juantorena (400 y 800 m), la cumbre para el judoca Héctor Rodríguez y la única presea del conjunto varonil de voleibol (bronce). En Atlanta 1996 firmamos con nueve campeones un octavo puesto en la tabla general que todavía sabe a gloria.

Si nos atenemos a la realidad, este 2016 puede repararnos un entorno similar al de 40 y 20 años atrás. Entre seis y nueve títulos son posibles (con más claridad seis), para lo cual jugarán un papel decisivo el entrenamiento, las competencias y el trabajo psicológico. Dentro de seis meses veremos si la historia se cumple.

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