Las universidades son determinantes en la provisión del potencial humano que el desarrollo sostenible reclama, afirmó el doctor Rodolfo Alarcón Ortiz, ministro de Educación Superior, al intervenir ante delegados al X Congreso Internacional Universidad 2016, que se desarrolla en el Palacio de Convenciones, en La Habana.
Al hacer la introducción al panel Políticas de estado, por una universidad innovadora por un desarrollo humano sostenible, Alarcón subrayó que potencial humano significa no solo conocimiento,también implica valores y actitudes.
En el intercambio con ministros y viceministros de Educación Superior de varias naciones, el titular cubano dijo que sin la educación por sí misma no se podrán realizar las transformaciones que este mundo necesita, pero reconoció que sin educación ello no será posible y el potencial humano en nuestras universidades debe estar preparado para enfrentar esos retos, a los que estamos todos expuestos.
Tenemos que dedicar a ello nuestras energías si queremos vivir en un mundo de paz, de progreso y con una perspectiva para todos los ciudadanos del mundo, significó.
Alarcón expuso que el conocimiento y la innovación que las universidades producen y difunden son fundamentales en lograr el propósito del desarrollo social, la inclusión y la competitividad de los sectores productivos, sobre todo, en el contexto de una economía globalizada e interconectada.
Recordó que la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado año aprobó la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. La educación, en particular la superior, las capacidades de innovación y conocimiento que ella atesora son vitales para trabajar en esa misión de futuro que formula la agenda, aseveró.
En ese sentido, apuntó que es imprescindible que los gobiernos asuman el papel que les corresponde por lograr ese desarrollo humano sostenible, por alcanzar la educación que se requiere para poder construirlo.
Añadió que la implementación de la agenda requerirá de políticas de estado, políticas universitarias, educacionales, en sentido general. Por ello, el documento reconoce la educación como un bien público, un derecho humano fundamental y la base para garantizar la realización del hombre.
Entre los compromisos de los estados, el documento también subraya el de reforzar la ciencia y la tecnología, y la innovación, en particular. Igualmente reconoce que la información y las tecnologías de la información deberán ser utilizadas para reforzar los sistemas educativos.
Hay consenso, dijo, que el desarrollo humano sostenible requiere como condición necesaria, pero no suficiente, tener un pertinente sistema de ciencia, tecnología e innovación.
“Pero esos sistemas a su vez precisan de un patrimonio humano cuya base es el sistema educativo, científico y tecnológico, necesita de inversiones de conocimientos sólidos, universidades, centros de investigaciones, también de un sector productivo con interés y capacidad para absorber el conocimiento”, añadió.
Las universidades desarrollan el patrimonio humano, y son sólidas instituciones de conocimientos y de innovación que interactúan con el sector productivo y la sociedad en la promoción de la innovación, pero todo esto, está muy influenciado por las políticas públicas.