La calidad y la eficiencia, requisitos que definen la postura de los trabajadores del aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez, en la provincia de Matanzas, tanto despegaron este año que le valieron la sede de las festividades nacionales por el Día del Trabajador de la Aviación Civil, fecha que se instituyó un 15 de febrero.
Mercedes de la Caridad González Denis, secretaria general del buró sindical, sostiene que es un resultado que premia la labor colectiva, ese deseo de aportar todo lo que se puede desde la materialización de los compromisos individuales convocados por el movimiento de la emulación socialista que cotidianamente allí funciona.
Esa constancia en el desempeño luce tangible en un dato por donde se mide lo cualitativo de una terminal de este tipo: tiempo de estancia. En 21 minutos lo fijó en el 2015 la de Matanzas, menos de la mitad de la norma de 45 minutos establecida por la Organización de la Aviación Civil Internacional.
El indicador significa la agilización en trámites obligatorios que a su llegada deben someterse los pasajeros, que después de agotadores vuelos desean rápida atención para tomarse un buen descanso en sus lugares de destino.
José Antonio García Manso, director de esta unidad empresarial de base de Varadero, considera también como óptimos dos saldos que arrojan las encuestas. Uno es el de conformidad, con un 96 %, que valora el comportamiento de la calidad y seguridad en los servicios ofrecidos a las aerolíneas extranjeras y nacionales; el otro, es la satisfacción en las prestaciones a los pasajeros, estimada con un índice general de 4,14.
Comportamientos de esa envergadura, argumenta García Manso, solo son posibles si funciona con la misma exactitud de un reloj, algo difícil si se tiene en cuenta que el sistema de trabajo aquí incluye la presencia de una multiplicidad de organismos que tributan a la obtención de esos propósitos.
Asegura el directivo que si algo se respeta en el Juan Gualberto Gómez es la política de mantenimiento a la infraestructura aeroportuaria y del equipamiento en general, con el objetivo de que se mantenga de alta y alargar así los ciclos de las inversiones.
Planteamientos resueltos, garantía de mejores resultados
La terminal, que el año pasado movió a más de un millón 500 mil pasajeros y recibe como promedio 137 vuelos en temporadas de alza turística como la de ahora, presta especial interés por la solución a los planteamientos de sus trabajadores, la mayoría expuestos en las asambleas de afiliados.
María Antonia González Doblado y Lilian Bauta ponderan las nuevas facilidades de las que fue dotado el departamento de operaciones. “Se mejoró tanto el confort como la visibilidad que permite dominar las posiciones de las naves en la rampa”, opina Bauta. “Esta es un área clave en la terminal. Aquí recepcionamos toda la información que determina el desempeño en otros espacios”, agrega González.
Pese a la prioridad que en el aeropuerto conceden a los reclamos, las inconformidades de salario aún no se resuelven. Quizás en el 2015 pudo ganarse más, a juzgar por la amplia brecha entre la productividad media por trabajador (45 mil 494 pesos con 64 centavos) y el salario medio (678 pesos).
José Antonio García Manso explicó que se estudian fórmulas que eleven aún más la eficiencia e incrementen los ingresos, elementos a los que la secretaria del buró sindical sumó la necesidad de que “la remuneración se parezca a lo que cada cual aporta”.
El orgullo de ser solidarios
La vocación humana forjada año tras año prestigia a un colectivo con relevantes contribuciones a los programas de lucha contra el cáncer. Lo mismo se les ve entregando divisa, que donando sangre o colaborando con recursos para los hospitales oncológicos de La Habana. “Esos hermosos gestos de solidaridad nos distinguen”, afirma orgullosa González Denis.
“El sindicato posee presupuestos para estimular moral y materialmente esas y otras positivas actitudes. Contamos con un círculo social al que semana tras semana acuden a recibir servicios de restaurantes trabajadores destacados. Es un momento que agradecen mucho porque posibilita compartir con la familia de cada uno de ellos.
“En el acto que este lunes celebraremos, será otra ocasión especial de homenaje. Entregaremos la medalla José María Pérez Capote, mártir del sector, a quienes llevan laborando aquí más de 20 años, muestra de la estabilidad laboral que ha existido en el Juan Gualberto Gómez”.
Fundado en septiembre de 1989 y con un récord impresionante de no registrar accidentes en más de un cuarto de siglo, la seguridad de los vuelos, el sostenido quehacer por la disminución de los tiempos de estancias de los pasajeros y el cumplimiento de los planes, seguirán guiando los días en el aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez, un empeño coherente con su postura de ser fiel aliado de la calidad y la eficiencia.