El 13 de febrero del 2016, el Laboratorio Antidoping de Cuba cumplió 15 años de creado, pero un día antes, en medio de la celebración por la efeméride, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), no quiso perder la oportunidad de entregarle al centro el Sello 75 Aniversario, el cual recae en aquellos colectivos y obreros cubanos con valiosos resultados en la sociedad.
En un sencillo acto celebrado por estos tres lustros de vida, Ismael Druyet, secretario general del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD) puso la distinción en manos del director de la institución, Rodny Montes de Oca, quien lo agradeció a nombre de los 37 trabajadores que dirige.
Momento especial en la velada fue la intervención de José Ramón Fernández, titular del Comité Olímpico Cubano, quien rememoró algunos acontecimientos ocurridos en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983, cuando por vez primera se aplicaron análisis para detectar atletas dopados. “Hubo algunos cubanos sancionados y Fidel dio la indicación de estudiar el tema”, comentó.
Luego de los hechos acontecidos —siguió contando Fernández—, a finales de la década de los 90 del siglo pasado en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, el líder histórico de la Revolución apoyó “la idea de construir este centro, con el mejor personal científico, los equipos de última generación y que fuera útil no solo al deporte, sino a la nación”.
“Siento admiración, respeto y orgullo porque todo este tiempo se ha trabajado con el convencimiento de que lo más valioso de aquí es el personal, lleno de amor a su profesión”, concluyó sus palabras Fernández, quien recibió minutos más tarde dos reconocimientos especiales: uno para el autor intelectual de la idea, Fidel; y otro para su persona, por el apoyo decisivo y constante al laboratorio.
Asimismo, fueron agasajadas un grupo de fundadoras, liderada por la Doctora Margarita Teresa Correa —comenzó allí sin haberse construido el centro—, y en la que aparecen también Dayamín Martínez, Taimí Piayo, Odalys González y Nancy Morán. Como homenaje póstumo, la viuda del Doctor Mario Granda recibió un diploma que recuerda a una de las piezas claves en la historia de este centro.
En sus palabras de resumen, el director del Instituto Nacional de Medicina Deportiva, Jorge Pavel Pino, resaltó la calidad de los trabajadores, quienes han permitido no perder la acreditación por 13 años consecutivos.”Debemos mantener el laboratorio como una obra eterna”, finalizó.
La actividad contó también con la presencia del presidente del INDER, Doctor en Ciencias Antonio Becalli y el director del Órgano Nacional Antidopaje y de BioCubaFarma, Carlos Manuel Gutiérrez, entre otros dirigentes del Estado, el Gobierno, y las organizaciones políticas.
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