Es ese el propósito que anima los siete relatos que Reinaldo Medina Hernández ha incluido en su libro titulado Aguas albañales (Ediciones Unión, 2015, 120 pp), que llega avalado con el Premio de Cuento Guillermo Vidal 2014 de la UNEAC de Las Tunas, otorgado por un jurado integrado por Marilyn Bobes, Carlos Zamora Rodríguez y Antonio Gutiérrez Rodríguez.
Como afirman sus editores, el mérito fundamental de Aguas albañales «es reflejar la problemática social cubana de la actualidad con gran sinceridad, sin esquematismos ni falsas expectativas, sin visiones idílicas ni tampoco apocalípticas: con ese equilibrio justo que ofrece la verdad manejada desde la verosimilitud».
Entre los relatos incluidos en el volumen, merecen ser reconocidos «Un reguetón para el escritor fantasma», por su singular homenaje a la generación de los novísimos; «Ahmed y Bill», por su hábil manejo de la xenofobia y el racismo, y «Aguas albañales», por su final sorprendente a pesar de contar una historia conocida.
Licenciado en Historia del Arte, Reinaldo Medina Hernández, nacido en La Habana, en 1961, es autor de varios libros de cuentos, entre ellos Bar de Ida, Premio Pinos Nuevos; Trenes y fantasmas, Premio de Narrativa Cirilo Villaverde, y Criaturas, reconocimiento La Puerta de Papel.
Los relatos de Medina Hernández –quien también recibió, en el año 2008, por el conjunto de su obra narrativa, el Premio Glorieta, de la III Contada Lajera, y, en el 2010, la Beca de Creación Proyecto Habanero de la UNEAC— han sido reunidos en antologías de dentro y fuera de la isla.
Los cuentos agrupados en Aguas albañales –en opinión del narrador Alberto Guerra Naranjo— evidencian estar en presencia de un autor consciente de su responsabilidad con la escritura, que sabe elegir la palabra que va en el lugar en que va, algo que escasea en la actual literatura cubana.
De ahí que cada una de estas narraciones –también en palabras del autor de Blasfemia del escriba— hayan sido creadas desde la conciencia pensada del escritor, alguien que quiere hurgar en la realidad, que se apoya en el humor y en la necesidad de contar su espacio con coherencia, con responsabilidad.
Con la publicación de Aguas albañales, Reinaldo Medina Hernández enriquece el actual catálogo editorial cubano, al proponer una lectura inquietante, turbadora, conmovedora, que hará pensar, reflexionar, meditar, a todos aquellos que se aventuren en sus páginas.