Por Olivia Rodríguez Medel y Andrés Luis Herrero Pérez, estudiantes de Periodismo
De la empresa de servicios de reservación Viajero recibimos respuesta a la queja formulada por la mayabequense Luz Marina Perdomo Aguilar por el maltrato recibido en la sucursal de San José de las Lajas, y la infructuosa gestión para que le vendieran 22 pasajes con destino a Isla de la Juventud, a fin de efectuar el encuentro anual de la cátedra universitaria del Adulto Mayor que ella dirige.
Ricardo Néstor Santamaría Vega, director general de la entidad perteneciente al Ministerio de Transporte, expresa que dadas las diferencias entre oferta y demanda existen regulaciones para comercializar pasajes a personas naturales, como un máximo de cinco boletos per cápita.
Para el destino Habana-Gerona y viceversa, plantea, son expedidos con 90 días de antelación y son liberados 72 horas antes de la salida del barco.
La agencia de San José de las Lajas solo tiene asignadas cuatro capacidades, por tanto, para vender la cantidad de pasajes a la compañera tendría que gestionarse con otras empresas, y aunque fuera posible, esto afectaría las posibilidades de compra de muchos clientes, explica.
A ella le asiste toda la razón, pues resultó mal orientada desde su llegada a la oficina, haciéndola perder tiempo para después informarle que no podían venderle tantos boletos, fue una violación del jefe de la sucursal, Mauricio Javier O´Farril Toiran, al que se le aplicó el descuento del 25 % de su salario de un mes, subraya el funcionario en su carta.
Igualmente afirma que adoptaron medidas para que hechos de esta naturaleza no se repitan.
Agradecemos la prontitud de la respuesta y su esclarecedor contenido, pero nos queda el sinsabor de que iniciativas como la de Luz Marina queden truncas o sea imposible realizarlas. Las lógicas limitaciones materiales expuestas también gravitan sobre un segmento de la población que va in crescendo