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La atención a los trabajadores lo define todo

Trabajadores de la forma productiva Eladio Hernández, en el municipio de Perico, Matanzas, año tras año aseguran con eficiencia sus producciones. Foto: Noryis
Trabajadores de la forma productiva Eladio Hernández, en el municipio de Perico, Matanzas, año tras año aseguran con eficiencia sus producciones. Foto: Noryis

 

En la producción y los servicios la atención a los trabajadores lo define todo. Ahí se gana o pierde el “juego”, la percepción la comparten tres dirigentes sindicales de la provincia de Matanzas, tres representantes de base de sectores tan esenciales para la economía del país como la agricultura, la construcción y el turismo.

Desde la forma productiva Eladio Hernández, en el municipio de Perico, Juan Gualberto Lombart alza su voz para asegurar que el colectivo agrícola disminuyó el delito y elevó la producción de semillas cuando el sindicato entendió la necesidad de representar a los afiliados, “defendiendo sus derechos ante la administración”.

Lo primero, ha dicho, fue exigir condiciones de trabajo, “que no faltaran los instrumentos y los recursos para hacer producir la tierra”. Sin embargo, advierte, la mejor atención está en velar porque los pagos se ajusten al aporte individual. “Si no conseguimos esto, no nos creerán”.

Marta Milán González, secretaria general del buró de la Empresa de la Construcción Sur, en Jagüey Grande, le concede el ciento por ciento de la razón a su homólogo agricultor. “Lombart está en lo cierto. Al sindicato lo seguirán solo si convence desde el prestigio y la credibilidad.

“Siempre hemos tratado de que en nuestras 10 organizaciones de base el ejecutivo esté bien preparado, que conozca desde los instrumentos jurídicos que rigen la vida laboral cubana hasta los elementos técnicos de la construcción. Solo los  capacitados podrán defender a sus afiliados”.

A juicio de Milán González, en no pocos centros laborales  se elige a los representantes sindicales para salir del paso, sin pensar en la responsabilidad que entraña la relevante elección. “Si no se piensa en alguien con conocimientos de la actividad fundamental, con agallas, dispuesto a buscarse problemas, entonces después no podrá quejarse y decir que el sindicato no sirve”.

Considera que “no hay garante mejor de los derechos de los hombres y mujeres que representamos que el convenio colectivo trabajo. Hay que  lograr incluir todo lo que define la vida del centro, los derechos y deberes de empleados y empleadores, con lujo de detalles, todo se escribe ahí para no dejar espacios a la interpretación.

“Lo otro que viene es el adecuado uso del convenio, y aquí si algo hacemos es eso. Es nuestra herramienta más importante. Los afiliados se sienten mejor cuando perciben que no tienen a un tonto por dirigente, que su ejecutivo se enfrenta a la dirección, que exige respuesta inmediata a sus problemas. Es lo que hace creíble y necesario al sindicato.

“Ahora mismo sentimos mucho orgullo por la manera en que hemos incorporado al accionar nuestro una brigada de 14 trabajadores de una cantera que se constituyó en sindicato. Bueno, ellos, aunque son no estatales, participan con nosotros en cuantas actividades realizamos. ¿El saldo de esta vinculación? El reconocimiento de que organizados en sindicatos existe una garantía de representación de sus derechos como cuentapropistas”.

Mientras recorre las instalaciones de Sol Palmeras, Arnaldo Díaz dice que no puede menos que estar de acuerdo con Lombart y Milán. “Los resultados de eficiencia que hemos  conseguido desde que surgimos como primera empresa mixta del país, en mayo de 1990, tienen que ver con la respuesta de los trabajadores organizados en su sindicato.

“Es verdad que el turismo dispone de recursos para que el trabajo no se afecte, por eso el llamado es a ser más rentable,  a evitar el delito y entregarle al país mayor cantidad de ingresos”.

En el importante sector, el segundo aportador de dinero  a la nación cubana, hay asuntos que resolver, que inquietan. “Aspectos vinculados con el transporte y los salarios son las principales preocupaciones. En lo primero se mejora un poco, en lo segundo  no hay avances”.

Alerta  Díaz que siguen a la espera de respuestas a las inconformidades relacionadas con la Resolución 16, aplicable a las empresas mixtas. Sin embargo, argumenta, nuestros afiliados conocen de cómo hemos seguido este asunto a todos los niveles que hemos podido. “La gente sabe que no estamos cruzados de brazo. Es como se ha dicho, un salario justo es la mejor labor ideológica que se puede hacer”, sentencia.

Cuando hay profundos fallos en la gestión de los trabajadores,  convienen Lombart, Milán y Díaz, los afiliados optan por solicitar la baja o simplemente no rinden en correspondencia con sus reales posibilidades, y eso afecta el clima laboral.

Asegurar la materia prima, que el comedor obrero tenga un menú que complazca y no falte el paquete tecnológico para que se produzca como debe ser,  facilita nuestra labor, opina Lombart.

“Por eso no se reparó en mi empresa para elevar la cuota por el Día de la Patria”, se enorgullece Milán, lo mismo que Díaz. “Ya Sol Palmeras cumplió su compromiso”, mientras Lombart no esconde la alegría: “De 15 pesos, mis afiliados se comprometieron a 50, 70, 80, 100 pesos”.

Desde la posición estratégica que el turismo, la construcción y la agricultura ocupan en la economía de Cuba, estos tres dirigentes sindicales han acertado. Una óptima atención a los trabajadores es lo único que logrará movilizar su voluntad, el deseo de que dejen todas sus reservas en la creación de bienes y de servicios.

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