Esta instalación, ubicada en el municipio de Majibacoa en la provincia de Las Tunas, fue objeto de acciones que rehabilitaron la laguna de oxidación y construyeron tres biodigestores como parte de un proyecto tecnológico que garantiza el tratamiento de los agresivos residuales que genera la crianza de cerdos.
El colectivo de trabajadores de la unidad laboró con denuedo, y en tres meses y medios devolvieron el valor de uso, en una primera etapa, en la cual crearon condiciones para acoger mil reproductoras, que sustentarán la sostenibilidad de los convenios con criadores privados y proporcionarán, también, ejemplares a los centros de ceba de la Empresa.
Según publica el sitio digital del periódico 26, Omar Pérez López, delegado provincial de la Agricultura, manifestó que «con la puesta en marcha de este local y el aumento de la masa porcina, para finales del 2017 se llegará a un plan de 10 mil toneladas de carne, rendimiento que propiciará la estabilidad del producto y su precio a la población”
Mientras el ingeniero Juan Vigó Moracén, director adjunto de la Empresa Porcina, refirió el impacto de la obra en el entorno de ese apartado paraje, pues la inversión incluyó el mejoramiento de los viales de acceso a la comunidad, la iluminación de la zona y la creación de 45 nuevos empleos, los que crecerán hasta 120 cuando la unidad este a plena capacidad de producción.
Juan C. Cruz González, director Técnico y Desarrollo de la División Tecnológica Porcina del Grupo Empresarial Ganadero, dijo que esta es la unidad más nueva y con mejores condiciones que tiene una instalación porcina en el país.
El directivo convocó a ser ejemplo del trabajo técnico reproductivo, en la bioseguridad y la alimentación para que los ejemplares salgan por encima del peso establecido.
En la segunda etapa se prevé recuperar la parte del cebadero donde se alojarán mil reproductoras más, hasta llegar a las dos mil 500.