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Mujica: Debemos ser portadores de la cultura de la liberación

Foto: Heriberto González
Foto: Heriberto González

 

Por Felipa Suárez y Alina Martínez

“Es necesario trasmitir a las jóvenes generaciones la idea de que los únicos derrotados son los que bajan los brazos, los que perdieron el coraje de volver a arrancar”, expresó el senador y expresidente uruguayo José Mujica, en una conferencia magistral que puso fin a las sesiones de trabajo de la II Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, que se desarrolló desde el día 25 hasta hoy en el Palacio de las Convenciones de La Habana, con la participación de más de 700 delegados de 51 países.

Mujica centró su disertación en el papel de la cultura como algo esencial en la vida humana.

Es natural, dijo, que una forma de producir y distribuir genere una cultura funcional a los intereses del sistema.  No somos consumistas porque sí. El consumismo es el efecto cultural de una necesidad intrínseca del capitalismo para multiplicar la acumulación, contribuye a sustentarlo.  Tenemos que darnos cuenta por ese lado del enorme papel que ejerce la cultura que puede ser de liberación o de sometimiento, acotó.

Señaló que el capitalismo es la cultura esclavizante, sometedora de las grandes masas. La forma de vivir de las clases poseedoras nos hace una trampa y nos distancia de las grandes masas de nuestros pueblos, comentó. No se puede ser progresista y vivir acomodado, tenemos que pasar por las vicisitudes que sufren las grandes masas por las cuales peleamos. Y agregó que los cuadros de las organizaciones progresistas deben ser portadores de la cultura de la liberación.

Si el mundo del mercado nos sigue dando vueltas de tuerca, estamos fritos, recalcó. Las grandes masas están enceguecidas por la cultura del derroche, la cultura consumista es más eficaz que las bombas, aseveró.

Cuando estamos en el gobierno, expresó al referirse a las fuerzas progresistas, nos tienden la mesa de la mercadería y nos invitan a participar en ella: “Subíte que hay para vos también” señaló.

Consideró que no hemos tenido una lucha consciente, discutimos mucho de ideas, de proyectos pero tenemos que discutir de ética, de modo de ser. Lo más importante del ser humano es la vida y por tanto el grueso de nuestras decisiones tienen que tender a garantizarla.

Hay que luchar por construirnos mejores, un sociedad no cambia estructuralmente si no cambia su gente, pero un cambio ético, enfatizó.

La vida es también  un acontecer diario, una cosa es vivir con una causa, con una utopía, donde desarrollar los caminos de la vida, pero si no se tiene una construcción de solidaridad con los que están por venir, vivirás solo porque has nacido, dijo.

El hombre es un animal egoísta que lucha por su vida, pero a ello le incorpora la construcción de la civilización y esta es solidaridad intergeneracional. Nuestra forma última de agradecer el milagro de la vida es dejar a la generación que nos sucede la solidaridad con ella.

Al mencionar los problemas que afectan a la humanidad dijo que estamos obligados a univerzalizar en esta tierra un conjunto de medidas que nos hagan convivibles, no se trata de perder la soberanía sino de preservar la especie cuyo destino tenemos que cuidar.

Aseguró que el desafío progresista es plantear la discusión de cuáles son los límites de esta humanidad.

Las cosas más grandes que se lograron en la existencia humana fueron logradas por pequeños grupos que a veces pagaron con su vida. El progreso humano tiene mucho dolor en su historia, concluyó.

En la clausura de este evento le fue entregado el Premio Internacional José Martí de la UNESCO al intelectual mexicano Alfonso Herrera Franyutti, que es miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.

Alfonso Herrera Franyutti, miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional. Foto: Heriberto González
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