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Comprender mejor a Estados Unidos de la mano de Martí

Foto: Heriberto González Brito
Foto: Heriberto González Brito

 

Martí comprendió los recovecos de la sociedad estadounidense, sobre la cual -durante alrededor de una década- escribió para periódicos latinoamericanos más de 300 textos que denominó Escenas Norteamericanas, recordó el Dr. Pedro Pablo Rodríguez, miembro de la Academia de Historia de Cuba, Investigador Titular y jefe de la Edición Crítica de las Obras de José Martí, del Centro de Estudios Martianos, al intervenir en un panel titulado La verdad sobre los Estados Unidos, efectuado como parte de la II Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, que tiene lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Aportar una visión panorámica desde ayer hasta hoy de los Estados Unidos, fue el propósito de este encuentro en el que se abordaron los temas de Martí y el expansionismo norteamericano, una mirada a la luz del siglo XXI, a cargo del doctor Atilio Borón, politólogo y ensayista argentino, premio Internacional José Martí de la UNESCO; Los Estados Unidos por dentro. Ideología y política, expuesto por el doctor Jorge Hernández Martínez, director del Centro de Estudios Hemisféricos sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana; y Estados Unidos y su política hacia Cuba, abordado por el doctor Carlos Alzugaray Treto, colaborador del Centro de Estudios Hemisféricos y  sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana.

En su exposición, Pedro Pablo Rodríguez ejemplificó cómo el Apóstol cubano  fue capaz de escribir sobre todo tipo de personajes, desde intelectuales y políticos hasta Jesse James, un famoso bandido de la época.  Resaltó su temprana visión crítica de la gran nación del Norte en tiempos en que otros la veían como un modelo a seguir y cómo nuestros pueblos debían seguir su propio camino, tener voluntad de originalidad. “Nuestra vida, dijo, no se asemeja a la suya, no debe en muchos casos asemejarse”, lo que indica que podían existir experiencias utilizables como el manejo de los norteamericanos de las haciendas, al que se refirió en uno de sus trabajos.

El investigador mencionó tres textos escritos en inglés poco conocidos durante su estancia en Estados Unidos, para el semanario The Hour, que Martí firmó con pseudónimo, en el que parecía un admirador de ese país sin embargo se hacía preguntas como estas ¿Es verdad que aquí son tan libres?

En sus Crónicas, apuntó el especialista, Martí describió el cambio de una sociedad industrial que crece velozmente, con un acelerado crecimiento de la población a la que se incorporó una gran cantidad de emigrantes, que se convierte en una potencia agrícola e industrial y empieza a buscar mercados.  Comprendió que esto llevaría al expansionismo y ello le permitió entender el papel de los monopolios: este país, dijo, se siente fuerte, está tocando sus músculos y quiere ponerse en acción.

Abordó Pedro Pablo el papel del Maestro en las conferencias panamericana y monetaria para impedir que Estados Unidos dominara las economías latinoamericanas, entre otros ejemplos donde alertó que el vecino del Norte, que “como no nos conoce nos desdeña”  , por ello nuestros pueblos debían darse a respetar.

Debemos aprender de esa mirada de Martí sobre Estados Unidos por su anchura, concluyó.

Jorge Hernández profundizó en las interioridades de ese país, para lo cual utilizó la expresión de Lincoln cuando habló de una casa dividida,  de lo que es muestra la existencia de un cuerpo ejecutivo demócrata y uno legislativo republicano, con posiciones diversas sobre asuntos medulares de la vida nacional.

Recordó que Martí advirtió de la necesidad de conocer la verdad sobre Estados Unidos para que por ignorancia o deslumbramiento las naciones latinoamericanas no se dejaran someter. Expresó que esa gran nación se presenta de manera mítica como el país de la democracia, sin embargo en sus documentos fundacionales no se menciona esa palabra, y en la supuesta tierra de las oportunidades para todos es donde resultan  más visibles la intolerancia, el racismo, y la desigualdad.

El bipartidismo se considera como  dos propuestas contrapuestas cuando tienen un telón de fondo común, una misma esencia de clase, son dos partidos de la oligarquía financier. Se cae en el error también se considera a los demócratas sinónimos de liberales y a los republicanos de conservadores, cuando ambas corrientes ideológicas coexisten en los dos partidos.

En su consideración, los códigos de la Guerra Fría estaban presentes en esa sociedad desde mucho antes de concluida la II Guerra Mundial y puso como ejemplos que si bien en los años 50, en plena efervescencia del macartismo fueron ejecutados  los esposos Rosenberg, antes, en 1927, lo habían hecho con Sacco y Vanzetti, por lo que puede decirse que ese pensamiento estaba implantado en el tejido cultural y psicológico estadounidense y por eso no desapareció con el derrumbe de la URSS.

Atilio Borón comparó la importancia para los latinoamericanos de estudiar a los Estados Unidos como los contrincantes de un partido de ajedrez, el que no conoce el pensamiento y las tácticas del otro, resultará derrotado. Destacó que mientras en esa nación hay unos 800 centros de investigación y proyectos sobre América Latina, en nuestros pueblos había 5 y desparecieron dos, es una gran diferencia que nos pone en desventaja.

Se refirió ampliamente a las teorías que se debaten en torno a si Estados Unidos se mantiene como gran potencia, y a los criterios que hoy se manejan sobre la situación actual del imperio.

Enfatizó en que independientemente de estos criterios, para ese país su seguridad sigue dependiendo de que en nuestra región no exista ningún gobierno inamistoso, como ellos lo entienden, no por casualidad la primera doctrina de política exterior de Estados Unidos fue el monroísmo. Y para la contención del comunismo el primer tratado que se suscribió fue el TIAR con América Latina. Otro dato: cuando el Pentágono se propuso organizar un ejército planetario, empezó por el Comando Sur.

Recordó los golpes de Estado promovidos para derrocar gobiernos latinoamericanos como el de Jacobo Arbenz, cuyo pecado fue promover una módica Reforma Agraria;  Maurice Bishop en Granada, un gobierno reformista radical que para promover el turismo intentó ampliar la pista de aterrizaje del único aeropuerto del país y fue interpretado como una amenaza;  Salvador Allende en Chile, Zelaya en Honduras y otros.

Significó Borón que el imperialismo tiene un manual de desestabilización que se ha encargado de sistematizar Gene Sharp, presidente de la Institución Albert Einstein, que incluye lo que hay que hacer para derrocar un gobierno: calentar la calle, organizar manifestaciones, desobediencia civil, no producir lo que ordena el gobierno, etc. Esto se realiza invariablemente.

Al abordar la importancia de América Latina para Estados Unidos señaló que esta posee entre el 42 y el 45% del agua del mundo, con apenas el 7% de la población mundial. Recordó que en documentos del Pentágono se ha afirmado que las guerras futuras serán por el agua. Nuestra región posee además, entre otros recursos,  mucho petróleo, que dada la cercanía geográfica llega más rápido a la nación del Norte que el procedente de Oriente Medio; contamos con minerales estratégicos, como el 80% del litio que tiene Bolivia, calificada por esto como la Arabia Saudita del siglo XXI.

Concluyó que un  país como Estados Unidos con una dirigencia imperial no puede ignorar esas riquezas de nuestro continente, por eso la ofensiva que hoy se despliega, lo que quiere es normalizar la relación con gobiernos para ellos modelos.

Finalmente habló del papel del narcotráfico y como en el pasado China que fue durante mil años faro de la economía mundial perdió esa posición a partir de la guerra del opio desatada por Inglaterra, lo que hizo que demorara mucho su recuperación.  Y se preguntó si no será esa la nueva misión de Estados Unidos hoy. En su opinión, la DEA no combate sino organiza el narcotráfico que es un elemento muy influyente en la política.

El último turno en el panel correspondió a Carlos Alzugaray quien disertó sobre la nueva etapa de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que no tiene precedentes en la historia.

Hizo un resumen de los acontecimientos vinculados a este hecho y subrayó que esto se está produciendo sobre la base del reconocimiento de la legitimidad del gobierno cubano por parte del imperio.

No obstante se mantiene el bloqueo y sigue vigente el discurso de cambio de régimen, porque como señaló Obama, cambian de táctica pero no de propósitos.

Consideró que durante mucho tiempo  Cuba tuvo una condición de sometimiento a Estados Unidos es porque los sectores dominantes de nuestro país aceptaron esos términos;  una enseñanza de Martí es que a nuestro pueblo hay que respetarlo y eso llevó a la negociación.

Citó la frase de Obama de que no debemos ser rehenes de la historia, pero existe aquella otra idea de que aquellos que no aprenden las lecciónes de la historia están condenados a repetir los errores.

Conocer la verdad sobre Estados Unidos no implica desconocer sus valores y a personas como el reverendo Lucius Walker, apuntó,  como muchos otros que comprenden a Cuba. Es posible, aseguró, una relación con ese país si se utiliza la inteligencia. En su caso, concluye, es optimista y suscribe  una frase de Winston Churchill, quien dijo que un optimista ve una oportunidad en cada dificultad.

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