Olivia Rodríguez Medel y Andrés Luis Herrero Pérez, estudiantes de Periodismo
Quizás ninguna creencia pueda competir con la devoción que muchos trabajadores le tienen al día del cobro, por ello cualquier afectación al salario puede ser juzgada vehementemente.
Odalis Cosme Ortiz, quien ocupa el cargo de contador C en la subdirección de economía de la Estación Provincial de Investigaciones de la Caña de Azúcar, en Holguín (Epica), nos hizo llegar su inconformidad ante un descuento salarial que sufrió en octubre del pasado año por faltar a dos guardias obreras.
En su carta, la empleada refleja que el director de la unidad le explicó que tal medida era la única forma que posee para lograr el cumplimiento de ese compromiso.
Presentó su queja alegando que en el reglamento no se comprende como norma la disminución del salario por aquella causa, pues las guardias obreras son una actividad sindical en la cual trabajan de conjunto la administración y el sindicato, aportando uno los recursos necesarios y el otro el capital humano.
La respuesta firmada por el ingeniero Sergio Guillén Sosa, director general del Instituto Nacional de Investigaciones de la Caña de Azúcar (Inica), del Grupo AzCuba, expone que luego de un análisis de la situación, la queja fue declarada con lugar, pues a pesar del incumplimiento de la empleada, la sanción no correspondía al tipo de infracción cometida.
No obstante, subraya que se convierte en una indisciplina de la trabajadora la inobservancia de las obligaciones que emanan del convenio colectivo (comprometerse a efectuar la guardia) y del reglamento (cumplir lo establecido en el documento anterior); y en este caso agravada porque la decisión de reforzar la vigilancia la motivaron los antecedentes de robos en la institución.
Guillén Sosa reconoce que el sindicato y el director de la Epica no atendieron el reglamento de la guardia obrera, donde las providencias que se proponen solo son de carácter educativo, con el objetivo de fortalecer los valores y el rescate del sentido de pertenencia de los trabajadores azucareros.
En consecuencia, entre las medidas adoptadas estuvo reponerle el dinero a la compañera, realizar un señalamiento crítico al director, hacer una capacitación sobre el citado reglamento, así como reevaluar de conjunto con la delegación del Ministerio del Interior del territorio las posiciones, objetivos y régimen de trabajo del grupo de seguridad y protección de la estación.
La reclamación, la respuesta bien fundamentada y la autocrítica dejan sus enseñanzas. Antes que todo queremos enfatizar que las guardias obreras son una actividad voluntaria, pero el compromiso explícito del trabajador la convierte en un deber, cuyo incumplimiento puede constituir una muestra de indisciplina.
Sirva de experiencia, además, el reiterado llamado a los trabajadores con vistas al conocimiento de lo aprobado en el convenio colectivo, que es la ley que rige en cada centro laboral y por tanto, la mejor herramienta para tener dominio de sus deberes y derechos.