Cargado de historia, el Palacio de los Torcedores de La Habana es sometido actualmente a una restauración capital que le devolverá no solo todo su esplendor, sino también parte de la función social para la cual fue construido.
Por acuerdo de un pleno de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en el 2010, una vez concluido ese proceso, la edificación, sita en la centrohabanera calle San Miguel, esquina a Marqués González, devendrá sitio excepcional donde se expondrá la rica historia del movimiento sindical cubano y funcionará como complejo cultural al servicio de los trabajadores y de la comunidad.
En conversación con Trabajadores, su director, Raimundo Estrada Rodríguez, explicó que allí quedará instalado el museo de los trabajadores con salas en las cuales se reflejarán los principales acontecimientos que marcaron la proyección de estos como clase social, sus conquistas y reveses; su contribución a la victoria revolucionaria que condujo a la liberación definitiva de la patria, y su quehacer en las batallas impulsadas por la Revolución a partir de entonces.
Según explicó el directivo, además del museo “el complejo tendrá un área especial dedicada a los tabaqueros, pues la construcción del inmueble de tres plantas, cuya primera piedra fue colocada el 28 de septiembre de 1924 y quedó inaugurado el 14 de julio de 1925, fue posible gracias al aporte monetario de los torcedores de La Habana, principalmente, y de los de otras provincias”.
Aunque aún la restauración se encuentra a alrededor de un 70 % de su ejecución, la instalación Jesús Menéndez, tenaz defensor de los derechos de los trabajadores. no permanece cerrada pues ya da cabida a una serie de actividades importantes, entre ellas exposiciones transitorias de fotos y pinturas, conferencias de carácter histórico, talleres, clases y encuentros de diversos tipos, todas relacionadas con el mundo laboral y con libre acceso al público.
Contenido del museo
El Museo de los Trabajadores de Cuba contará con una sala que tratará acerca de la historia del movimiento sindical cubano, en la cual estarán representados todos los sectores, y una dedicada al Capitán de la clase obrera cubana, Lázaro Peña González, con piezas utilizadas por él, manuscritos suyos, y libros que tratan específicamente de su personalidad, porque aquí radicó durante un tiempo. Luego, el mujalismo desalojó a la CTC del palacio que los trabajadores le habían construido como sede.
También se montará una sala destinada a la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), por tratarse de una organización generada por los trabajadores después del triunfo de la Revolución e impulsada por Lázaro Peña y el Comandante Ernesto Che Guevara; otra donde se expondrán las órdenes y condecoraciones que otorgan la CTC y sus sindicatos, en la cual estarán presentes los héroes del trabajo y los vanguardias nacionales, así como una donde se mostrará la solidaridad internacional de los trabajadores cubanos en todos los tiempos.
Otras dependencias
La institución tendrá también una biblioteca especializada, digital e impresa; un teatro para grupos de pequeño formato, ya famoso porque en él ofrecieron conferencias Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Lázaro Peña, Sara Pascual, Alfredo López y José María Pérez, entre otras muchas personalidades de fuerte arraigo en el sindicalismo de 1925 a 1940. Este dispondrá de un área para pequeñas exposiciones transitorias de los sindicatos y de la CTC, y una galería de personalidades del movimiento sindical cubano.
“En él —precisa el director—, se ofrecerán clases, conferencias magistrales, y se proyectarán películas y documentales relacionados con el universo laboral de nuestro país, con acceso para todos los centros de trabajo de La Habana. Es decir, será un teatro multifacético, equipado con la técnica más moderna al alcance del país”.
Puntualizando en otros usos reservados al histórico inmueble, se refirió al rescate de las aulas empleadas por la Universidad Popular José Martí, con equipos técnicos modernos, y ya se encuentran prácticamente listas para comenzar a funcionar con la misma finalidad de antaño: cursos de calificación de trabajadores y dirigentes del movimiento sindical, e incluso de preparación para el ingreso a la universidad; seminarios, talleres…
“No se aspira a que el Complejo Cultural Palacio de los Torcedores de La Habana sea sustentable, porque los museos no lo son, de ahí que en todas las actividades se cobrarán precios módicos con vistas a garantizar un fondo destinado a costear su mantenimiento”.
¿Independientemente de que este edificio fuera de los torcedores, otros sindicatos podían acceder a él?
Muchos estuvieron aquí. Este lugar fue sede de la Federación Obrera de La Habana (FOH), donde se agrupaban prácticamente todos los sindicatos, y de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC), la cual acogió a todas las organizaciones de ese tipo del país hasta la constitución de la CTC, que contó con otro local. Aquí también se velaron los restos mortales de Rubén Martínez Villena y Aracelio Iglesias, y después del triunfo de la Revolución se realizó el homenaje póstumo al combatiente revolucionario Carlos Rodríguez Careaga, asesinado por la tiranía en Ciego de Ávila en noviembre de 1958.
Por lo que representó desde los puntos de vista sindical e histórico, este palacio es motivo de orgullo para los trabajadores cubanos y a ellos estará dirigido cuanta acción política o cultural en él se genere.