Michael González González tiene claro que lo más peligroso que hizo en su vida fue convertirse en liniero de la Empresa Eléctrica Provincial de Sancti Spíritus: “Aquí no hay margen para errores, te equivocas una sola vez”, advierte el joven treintañero.
Expuestos a los riesgos de la alta tensión, los ascensos y las irregularidades del terreno, estos hombres laboran sin acatar los dictámenes del reloj:
“Siempre tengo el uniforme y los andariveles listos por si ocurre cualquier emergencia. Cuando eliges este trabajo sabes que te debes a las personas; pues un fallo en las redes significa para nosotros un niño que se queda a oscuras o una ama de casa con la comida a medio hacer…por eso decimos como en la canción: a la hora que me llamen voy”; acotó González González.
La empresa más integral del país agrupa a estos y otros trabajadores consagrados. Sede, por tercer año consecutivo, del acto por el día del sector; los eléctricos espirituanos se “enchufaron” para que el territorio dejara de ser “una aldea en materia de energía”.
Un adelanto de 100 años
“Sancti Spíritus era como una gran tendedera, se alimentaba de las líneas provenientes de Ciego de Ávila y Villa Clara. Ante tanta carga, resultaba frecuente que la provincia quedara a oscuras si se producía cualquier disparo de las redes. Esa situación cambió. Hoy tenemos la subestación 220 ubicada en Tuinucú que constituye uno de los principales nodos de carga del sistema eléctrico nacional.
“Esa estructura permite mayor confiabilidad de la red; tanto es así que ya nadie recuerda los apagones. Acá si llovía o tronaba enseguida se interrumpía el servicio y ahora las molestias son por algún caso de mantenimiento o emergencia; muy esporádicamente. Pasamos de la época de la Colonia a la Moderna en materia de electricidad”, afirmó Jorge Armando Cerero Hernández, director de la Empresa Eléctrica Provincial.
Muestras de un progreso continuo en el trabajo valieron para que los yayaberos sobresalieran a nivel de país. La no ocurrencia de accidentes fatales desde el 2009, el cumplimiento de indicadores como la recaudación, los planes de pérdida e inversión y la cantidad de interrupciones por niveles de voltaje figuran entre los méritos.
“Nosotros no hemos tenido hechos de corrupción en la empresa. Nos enfocamos en rehabilitar las redes, en las obras a terceros, hicimos nuevas sucursales para mejorar la atención al cliente, eliminamos las 57 zonas de bajo voltaje que inventariamos en el 2015 y ejecutamos el plan de eliminación de tendederas”, aseguró el directivo.
De acuerdo con la citada fuente, este año ha sido histórico en cuanto a la solución de planteamientos provenientes de los usuarios y la disminución de quejas por parte de los mismos, también supone un medidor para la calidad de la mayor empresa de servicios de la provincia.
“Nunca habíamos conseguido responder a 2 mil 369 preocupaciones de los clientes. Problemáticas relacionadas con el alumbrado público, el bajo voltaje y el estado de los postes figuran entre las inquietudes más recurrentes. También la reposición de equipos fluyó para la mayoría de los afectados; solo quedan pendientes aquellos cuyo aparato no aparece en la red comercial”, informó Cepero Hernández.
Electricidad sin pañales
Un ámbito que implica manejo de la tecnología y por consiguiente pudiera relegar el papel del hombre en los procesos; sin embargo, resulta innegable que sin los recursos humanos no “camina el engranaje”.
Así lo aseguró Henry Rivero, director técnico de la entidad: “Brindamos un servicio las 24 horas de los 365 días del año y sería imposible sostenerlo si no contáramos con un personal capacitado, profesional y comprometido. Trabajamos con una planificación inicial, sin dejar de seguir las variables que cambian constantemente en este ámbito”.
Una provincia que dio un salto energético desde el 2009 hacia acá. Así se nos presenta Sancti Spíritus que en aquellos años aun contaba con cablerías de principios del siglo XX y hoy dejó de estar en pañales para brindar confiabilidad en un servicio indispensable para la población.
Algunos pendientes todavía marcan el camino por venir: terminar una subestación automática que permita la interconexión de diferentes circuitos para flexibilizar la red; electrificar viviendas aisladas aun pendientes y culminar un parque solar fotovoltaico en el municipio de La Sierpe.
Motivados por la Resolución 17 y un salario promedio que supera los 900 pesos, los eléctricos espirituanos permanecen a pie de obra con una cultura del detalle que ha dado sus frutos; pero el mayor empuje se sostiene en el compromiso de “hacer la luz” sin importar los imprevistos.
Así lo aseguró Luis Silva González, un gruero con casi dos décadas de trabajo en el sector: “No me cansa el ir y venir propio de nuestra labor; lo mismo nos mandan a La Habana que a Santiago de Cuba. Siempre estamos dispuestos en caso de emergencia, porque un apagón es sinónimo de malestar en las personas”, sostuvo Silva.
Para el “Pánfilo de la Empresa Eléctrica” ser tocayo del popular humorista significa lidiar con las jaranas de sus compañeros; y aunque agradece las comparaciones y admira profundamente al artista, esta bien seguro de que su talento está detrás de los controles de la grúa y no en su capacidad para vivir del cuento.