Por Claudia Zurita Delgado
En los eventos de la cultura se establece como una grande y bien estructurada maquinaria oculta que, detrás de los escenarios, garantiza su mejor funcionamiento. Se trata de hombres y mujeres, técnicos, especialistas y personal de apoyo que dan lo mejor de sí para asegurar que todo esté en orden, a su hora, con una organización casi exquisita. Tal es el caso de Olga Outeriño Cedranes, quien lleva toda una vida dedicada a la atención a la prensa en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y con quien, luego de concluido el programa de este evento, conversamos brevemente en su oficina de la Casa del Festival.
“Este viaje comenzó hace 37 años con mi llegada al Centro de Información del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (Icaic) que tenía entre sus funciones principales atender a la prensa nacional y extranjera. En el año 1978 José Antonio González era director del lugar, el reconocido crítico, quien fue designado por el propio Alfredo Guevara para dirigir el Buró de Prensa del Festival de Cine. Entonces yo era la secretaria de José Antonio y por tal razón trabajaba con él en estos menesteres. Desde esa época estoy aquí y he tenido la oportunidad de conocer a personas muy interesantes, tanto a periodistas, actores, productores, músicos… Muchos de ellos han asistido a más de un festival y ha sido muy placentero reencontrarnos cada año”.
Un día de trabajo en el festival
Todos los días son bien animados. Llegamos sobre las ocho de la mañana y empezamos a atender a los periodistas y participantes que vienen a recoger el diario del festival. También gestionamos las entrevistas de los diferentes medios de comunicación con los directores de las películas u otros miembros de los staff. Tratamos de ayudarlos en todo: ubicación de los cines, cantidad de veces que exhiben los largometrajes, lugar y hora de las conferencias de prensa. Hay que tener en cuenta que muchos de ellos no son cubanos y requieren de una mayor orientación. Lo más significativo es estar dispuesto para responder rápido y tener buena preparación, porque debes saber un poquito de todo, ya sea de economía, política, cine…
Lo más difícil durante el evento…
Mientras dura el festival debes interiorizar que no existe en ese momento nada más importante que el evento. Dejas tu casa un poco de lado y te vuelcas totalmente en el trabajo. Son días de intensa labor. Sabes cuando llegas, pero no cuando te vas. Necesitas estar pendiente de todo para que no falle nada. Son 12 jornadas de mucha tensión.
¿Piensa en el retiro?
Por supuesto que me retiraré en algún momento. Esa es la ley de la vida, pero mientras tenga salud, mi mente me responda y cuenten conmigo, pienso seguir”, dijo la carismática mujer que durante todo el año labora con extraordinarios bríos en la Casa del Festival, en el Vedado. Allí la dejamos inmersa ya en los preparativos de la venidera cita del séptimo arte en La Habana, de cuya historia menos conocida, forma parte por derecho y actitud propios.