Los empleados estatales argentinos de diferentes gremios, aglutinados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), marcharon por la avenida Leandro N. Alem hasta la sede del ministerio de Trabajo, donde concentrados reclamaron seguridad laboral, informa Prensa Latina.
El secretario general de la Asociación de los Trabajadores del Estado, Hugo Godoy, había comunicado con anterioridad que el 29 de diciembre realizarían una movilización en todo el país para rechazar una de las medidas tomadas por el Gobierno de Macri; la revisión de los 24 mil contratos de empleados públicos hechos por el gobierno anterior durante los últimos tres años.»Vamos a realizar una jornada nacional de lucha con paros y movilizaciones en todo el país», advirtió el líder sindical. Señaló que con la huelga también se exigía un espacio en el Estado para que los trabajadores discutan y se garantice que no se produzcan despidos masivos, así como compensar la enorme pérdida salarial, según dio a conocer Telesur.
Tres son las reivindicaciones principales: estabilidad laboral de los empleados públicos, un bono por 5 mil pesos (376 dólares) de fin de año y la reapertura de las negociaciones por un nuevo contrato laboral. La consigna que más enarbolaron fue, «si tocan a uno, tocan a todos».
Ante la multitud, Godoy aseveró que los tres millones de afiliados de ATE respondieron al paro, y anunció la entrega de una Carta Abierta de los empleados estatales dirigida al presidente Macri. Asimismo, llamó a la unidad gremial de todos los trabajadores, para lograr el objetivo común de preservar los puestos y garantizar los derechos laborales.
En declaraciones a Prensa Latina, resaltó que son los trabajadores quienes sostienen el funcionamiento de todas las entidades estatales, la limpieza en las plazas y parques nacionales, «también mantenemos la educación y la salud pública, el desarrollo científico tecnológico e incluso la producción en muchas fábricas», puntualizó.
Los manifestantes también protestaron contra la devaluación de la moneda en casi 30 % y la disparada inflacionaria.
El descontento con la nueva administración también se ha hecho sentir por el aumento de la tarifa de servicios públicos. Más de 56 mil ciudadanos del área metropolitana de Buenos Aires se han visto afectados por cortes de suministro de energía donde, para colmo, se ha decretado una alerta naranja por ola de calor.