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Devoción por el Sindicato

Ana Rosa convence con su apasionada defensa del sindicato. Foto: Jorge Pérez Cruz
Ana Rosa convence con su apasionada defensa del sindicato. Foto: Jorge Pérez Cruz

 

Sin dejar de cumplir sus obligaciones como arrendataria en divisa, Ana Rosa Pérez dedica muchísimo tiempo al activismo sindical, “el sindicato, dice,  le ha dado autenticidad a esta labor, durante mucho tiempo incomprendida, por la población y no pocos directivos”.

Esa es una de las razones que motiva la actitud de esta entusiasta mujer,  quien   por los ingresos monetarios que le proporciona el arrendamiento de habitaciones en divisa  pudiera vivir con sosiego, esperando la llegada de cada nuevo huésped, atendiendo solícita sus exigencias, disfrutando la intimidad hogareña…

El sindicato es algo más…

“Desde la organización hemos logrado muchas cosas, entre ellas más comprensión de los organismos de relación”, comenta satisfecha en tránsito apurado hacia restaurantes particulares en las afueras de la ciudad de Las Tunas.

A esos sitios los visita en su carácter de secretaria general del Buró Sindical mixto que dirige, y lo hace en el escaso tiempo libre de que dispone con el propósito de encontrar seguidores de un proyecto que apunta a la integración de los trabajadores cubanos, estatales y no estatales, en el afán de renovación del modelo económico en pro del socialismo próspero y sostenible al que aspiramos.

   Orgullo de marcar la vanguardia

Y refiere con pasión: “Fuimos los primeros arrendadores con una sección sindical pura en el país, los primeros en constituir un Buró Sindical mixto, porque suma a los trabajadores por cuenta propia de restaurantes y a otros que apoyan   la actividad turística en autos antiguos y modernos, coches y bicitaxis. Así complementamos nuestras prestaciones. La idea fructifica porque la organización se ha ganado el reconocimiento”.

Cuenta que es tradición estar en la vanguardia en los pagos de impuestos a la Organización Nacional Tributaria, “es una conducta que promueve y estimula el Buró sindical”, remarca.

“Al principio, tanto nosotros como los organismos de relación, los  funcionarios e inspectores encargados de supervisar el trabajo, desconocíamos las leyes que regían el funcionamiento de la actividad, y el sindicato ha contribuido a la capacitación de sus afiliados,  a que se entienda mejor y se respete lo que hacemos.”

La conversación discurre con intermitencias, pero no me molesta, pues en cada restaurante visitado, en cada diálogo que sostiene en su obstinada labor proselitista  Ana Rosa desgrana pasión, un atributo especial cuando de convencer se trata; y, sus interlocutores asienten y van aceptando el reto de unirse por un futuro mejor.

Su entrega cristaliza en la sindicalización de una cifra superior a los 130 trabajadores no estatales del sector del Turismo, que desde el arrendamiento de habitaciones en divisa, el transporte y la gastronomía confían en las fortalezas del sindicato.

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