Su nombre lo dice todo: Mi aporte a la Patria. Ni emulaciones ni metas, ni potenciales, ni presiones, solo el compromiso individual, la conciencia de cada cual para contribuir a la defensa del país.
Del esclarecimiento de la política y el liderazgo sindical dependerá el éxito de una estrategia que cambia por propia voluntad de los trabajadores. De la labor hombre a hombre, como suele llamársele a eso de hablar directamente a las personas, han salido anécdotas increíbles, algunas contadas durante una reunión del Secretariado Nacional del Sindicato Azucarero: una secretaria de sección sindical en Granma decidió entregar 100 pesos, la misma cuantía de su aumento salarial reciente; otro secretario dijo que aportará 45, ni mucho ni poco respecto a su entrada mensual.
En el sector azucarero, el salario promedio mensual ha crecido de 550 a mil 100, una motivación suficiente para hacer donaciones como esas; sin embargo, hay otros menos favorecidos donde será igualmente válido un aporte más bajo.
Lo que cuenta es que se haga de manera consciente, individual, voluntaria y en la cantidad y la fecha en que el trabajador lo considere, sin establecer montos ni fechas preconcebidas. Nos han llegado preocupaciones de centros laborales donde se están haciendo los compromisos colectivos de fecha y cuantía del aporte; eso contradice la letra de las modificaciones a la política de contribución a la defensa, y debe quedar claro que este movimiento popular se llama Mi aporte a la Patria, no es del colectivo, ni de la empresa, ni del municipio.
Les sugerimos que ante una duda escriba a buzón@ trabajadores.cu y encaminaremos sus inquietudes.