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Acoso en el ámbito laboral: Saberlo identificar para prevenirlo

Foto: Roberto Carlos Medina
Foto: Roberto Carlos Medina

 

Mi sorpresa fue grata. Su carácter  fuerte, sus solo 28 años y la facilidad  con que sorteó los entresijos de un  asunto para mí lejano y complejo, me  demostraron estar frente a una profesional  con la verdad entre sus manos.  La imaginaba doctoral, cargada  de léxicos referidos a normas legales,  pero Liset Imbert Milán, asesora jurídica  del Cenesex y profesora adjunta  de la Facultad de Derecho de la Universidad  de La Habana, parece dispuesta  a persuadir, convencida de su  empeño.

Le comento que algunas personas  refieren exageración cuando se habla  de violencia de género en la sociedad  cubana. Su respuesta es categórica:  “Para nada se está exagerando, los  profesionales que trabajamos el tema  alertamos de la importancia que tiene  tratar y prevenir este fenómeno, así  como de la necesidad de rehabilitar a  las víctimas de todos los tipos de violencia”.

¿Acoso en centros de trabajo?, pregunto  y entramos a lo que nos ocupa: el  acoso en el entorno laboral. “El Cenesex  es la institución que a nivel nacional  asesora metodológicamente la educación  integral de la sexualidad. Estamos  en un proyecto de investigación  de la violencia, donde yo asumo el acoso  en el ámbito laboral, en el que como  sujeto pasivo está la mujer, pero vista  desde cualquier orientación sexual o  identidad de género. Es un fenómeno  con muchos testigos mudos.

“Ningún caso se parece a otro.  Está demostrado que cualquiera puede  ser víctima en su centro de trabajo;  no escapa el joven, el color de la piel,  la edad, por embarazo, por creencias  religiosas o por la orientación sexual,  pero a nadie le gusta decir que en su  centro hay acoso”, subraya.

De inmediato la joven asesora jurídica  señala que el artículo 146 del  nuevo Código de Trabajo obliga al empleador  a desarrollar adecuadas relaciones  con los trabajadores, basadas  en la atención a sus opiniones y quejas,  la protección a la integridad física,  psicológica y el debido respeto a su  dignidad.

“Eso es muy positivo, pero aún hay  que hablar y capacitar más a los trabajadores,  sensibilizar más a los decisores,  priorizar el tema, que sepan qué  es el acoso, sus peculiaridades. Eso  permitirá que las personas denuncien,  pues las estadísticas relacionadas con  ese aspecto no reflejan la realidad”,  asegura.

“Mire, precisa, hay riesgos o elementos  en los centros laborales que  facilitan situaciones de acoso: por  ejemplo, si alguien es víctima y no le  es posible llegar directamente a su director,  cómo entonces puede hacer la  denuncia. Además, está la centralización  del poder, la desorganización y  actividades extraplan, la sobrecarga  de tareas.

“Específicamente el acoso psicológico  es muy difícil de probar y generalmente  sucede en un ámbito privado, lo  que impide al trabajador poseer todos  los elementos de prueba. Muchos piensan  que si no van a ganar el proceso  para qué llevarlo a cabo. Por eso falta  mucho por hacer, por capacitar.

“El acosador siempre tiene un  objetivo. Surge a partir de un conflicto,  pero no es algo de un día, pues  muchos investigadores coinciden que  sea por un período mínimo de seis  meses con una frecuencia semanal  para que puedan catalogarse como  tal”, dijo.

“Cuando una persona nos dice que  es víctima, le pedimos los elementos  y nos vamos a la dirección de su organismo,  planteamos el caso y recibimos  una respuesta, ya sea con razón,  en parte o negativa. Somos asesores  jurídicos y si no está de acuerdo con  la respuesta y hay un camino judicial  que no haya recorrido le indicamos  qué hacer, pero acompañándolo. Así  abordamos los casos que nos llegan,  que aún son pocos. Gracias a eso las  personas nos visibilizan más y nos ven  como una posible solución.

“Mientras más investigamos más  nos convencemos de que nos falta mucho  con respecto al acoso”, indicó la  especialista, quien agregó lo imprescindible  de empoderar a los trabajadores,  darles los instrumentos que les  permitan enfrentar esas situaciones.

¿Qué otras acciones han desarrollado  en el orden laboral? 

Justo el día anterior a nuestra entrevista,  la asesora impartió un taller  sobre violencia y derechos en el III  Encuentro Nacional de Mujeres Marmoleras.  “También hemos desarrollado  acciones de sensibilización en los  Oace, organismo acerca de lo relacionado  con todo el trabajo del Cenesex,  algo que trasciende específicamente la  violencia y el acoso, reveló”.

Recordó que en el 2015 la Jornada  Nacional contra la Homofobia estuvo  dedicada a los espacios laborales libres  de homofobia y transfobia, e informó  que igual será así en el 2016.  “Desarrollamos acciones en centros de  trabajo, y ahora en diciembre daremos  en Pinar del Río una capacitación a los  sindicatos nacionales”, refirió.

Por otro lado, Imbert Milán destacó  que cualquier persona natural o  jurídica puede dirigirse al Cenesex en  busca de información sobre algunos  de los temas que trabajan.

¿Qué avances se observan hoy? 

Además del Código del Trabajo, se  aprecian otros avances. Se visibiliza  más la violencia con respecto a años  atrás. El tema se incluyó entre los Lineamientos  del VI Congreso del Partido,  lo que indica que es un asunto que  se observa, que se mira. Pero se deberían  perfeccionar estrategias, reorganizar  estructuras comunicacionales  de las empresas, niveles de acceso a  los jefes.

Hemos aplicado alrededor de 200  encuestas con personas de todo el país  y de todas las edades. Ahora desarrollamos  un informe con los resultados  preliminares de las encuestas aplicadas;  prospera la investigación, de  ahí que mayor cantidad de personas  pidan nuestra asesoría y acompañamiento.

Cuando tabulemos las encuestas  contaremos con una diferenciación  por edades, situación geográfica y  por orientación sexual, siempre concluyendo  cómo se comporta el acoso  psicológico en espacios laborales hacia  la mujer, expresó la asesora jurídica.

 

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