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Multitudinario concierto de Olga Tañón en La Habana

Foto: www.cubadebate.cu
Foto: www.cubadebate.cu

 

La puertorriqueña Olga Tañón volvió a ser historia en Cuba en un multitudinario concierto en el que entregó toda su alma y con el cual soñó hace seis años atrás cuando prometió regresar.

Una de las cosas más hermosas que me ha sucedido es haberlos conocidos, exclamó la artista ante más de 400 mil personas, según cálculos oficiales, que aguardaron por este encuentro desde 2009.

Con la fuerza interior que la caracteriza, la ganadora de cinco Grammys descargó toda su energía y sacudió al público congregado en la Tribuna Antimperialista José Martí, con las aguas del malecón habanero bordeando el escenario, en un espectáculo transmitido en vivo por la televisión nacional, que juntó a unos 50 músicos de ambas islas.

A las 15:00 hora local en punto la Tañón subió al escenario vestida con un saco con la virgen de Guadalupe en su espalda, para comenzar con el tema Aleluya, acompañada por los niños del coro Diminuto, devenido uno de los momentos más emotivos de la velada.

Paz y bien Cuba, estoy muy agradecida con todos por tanto cariño, expresó la boricua. Dios bendiga a cada uno de los que nacieron en esta tierra, agregó para dar paso a su pegajoso tema Vivo la vida, cuyo video rodó en La Habana hace unos meses atrás.

Olga, como la llaman cariñosamente los cubanos, regaló sonrisas, bromeó y estableció una fuerte conexión con el público con frases como «esto es para que La Habana lo goce». Los presente le respondieron cantando a todo pulmón.

Los cubanos, que conocen al dedillo sus temas, los hicieron suyos y bailaron durante poco más de dos horas al ritmo de 19 piezas imprescindibles en su repertorio como Basta ya, Muchacho malo, Cuando tú no estás, Todo lo que sube, Ya me cansé y Como olvidar.

Haciendo gala del apodo con que la bautizó cierto crítico, la llamada Mujer de fuego incendió la Tribuna al cantar y mover las caderas como buena boricua y hasta se quitó los zapatos para bailar más cómoda, lo que le valió una ovación cerrada.

La calle del malecón, desde donde está emplazada la Tribuna hasta los predios dónde comienza la popular avenida 23, permaneció hasta el final atestada de seguidores que vinieron de diferentes partes de la capital y otras provincias cercanas para ver en vivo a una artista que se ha ganado el corazón de los cubanos con su bondad y carisma.

Olga les respondió y saludó a aquellos que no podía divisar entre tanta muchedumbre, a los que salieron con carteles en mano desde los balcones aledaños al lugar. Vecina, ¿tú tienes un poquito de azúcar que me des?, bromeó.

Algunos decían que mi concierto en La Habana no se iba a llenar, quiero que levanten las manos y le demuestren a todos cuanta gente hay aquí, expresó la cantante quien resaltó que esa maravilla de fe que tiene Cuba le hace falta a otros países del mundo.

Bajo la batuta del maestro cubano Joaquín Betancourt, ganador de un premio Grammy, y del boricua Angel Hernández, la fusión de músicos de ambas islas y el coro de 12 niños que amenizaron la velada, e invitados como el saxofonista César López, el tresero Pancho Amat y la agrupación juvenil Cuerdas de La Habana también se llevaron las palmas.

Momento de altura fue cuando la merenguera se unió a los cubanos Descemer Bueno y Qva libre en la nueva versión de Tu eres la razón, cuyo video acaban de rodar en la isla y estará circulando en el mundo la semana próxima.

También cuando interpretó Dame tu mano, un tema que compusó meses después de su primera actuación en este país. La escribí después que te conocí Cuba querida, dijo.

Sin poder contener las lágrimas, la multipremiada cantante fue agasajada a mitad del espectáculo con las llaves de la Ciudad de La Habana. «Esto quiere decir que puedo entrar a la casa de todos ustedes», se preguntó a lo que la multitud le respondió con un sí rotundo.

Cuando subió al escenario de Paz sin fronteras el 20 de septiembre de 2009, Tañón cantó con el alma y con todo lo que le quedaba de voz tras una fuerte laringitis. Hoy ese vozarrón que la caracteriza brilló al máximo y el público la pudo disfrutar a plenitud.

Pese a las presiones de ciertos sectores del exilio cubano radicados en Miami que tuvo que soportar al igual que Juanes y Miguel Bosé, Olga sabía que tenía que regresar a una nación con la que estableció un fuerte lazo y a la que dijo volvería aunque fuera para cantar debajo de un árbol.

Su retribución al pueblo cubano, que le ha agradecido a donde quiera que ha ido por estos días, es mucha. El concierto quedará inmortalizado en un DVD que saldrá al mercado, cuyos ingresos serán donados a las escuelas de arte de la isla.

Ha sido una experiencia increíble, estoy más que contenta y agradecida. Me llevo un gran aprendizaje, mucho amor y sobre todo la fe que me ha demostrado el pueblo. Hoy termino una aventura que comenzó hace algunos meses pero nos veremos pronto, expresó la artista en un comunicado difundido por el Instituto Cubano de la Música.

«Qué bueno es ver los sueños hechos realidad», escribió hace pocos días en su cuenta oficial en twitter la intérprete, quien se va de su bella Cuba -como la bautizó-, feliz y con este deseo de regresar. Su promesa ya fue cumplida. (Tomado de Prensa Latina)

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