Las Terrazas.- 7:30 de la mañana del 6 de diciembre. La expectación por la primera etapa del evento Titan Tropic Cuba era total entre los 137 corredores. Mujeres, ciclistas profesionales y amateurs, matrimonios, campeones másters, amantes del deporte todo, soltaron los primeros pedalazos hasta la comunidad artemiseña de Las Terrazas.
La singularidad es que no se llegaría a ella ría por una plácida carretera, sino por dentro de un lomerío, con barros, charcos, piedras, ascensos y senderos frondosos y húmedos. Casi dos horas y media después, el pelotón se había estirado cual serpentina de esfuerzo y voluntad, con el triunfo parcial para Diego Tamayo, uno de los candidatos a ganar una prueba de mountain bike que “llegó a Cuba para quedarse”, según los organizadores.
El colombiano, también monarca del Titan Desert 2015 (génesis o hermana mayor de esta lid caribeña), apareció en la meta con un bautizo total de fango carmelita que apenas dejaba verle los ojos y solo 21 segundos más tarde lo hizo el español Ibón Zugasti, de 43 años, forrado igual de barro hasta el último poro del cuerpo.
Para el tercer lugar, José Mojica, cruzó directo hacia el río San Juan, adonde se metió con bicicleta en busca de un baño necesario y refrescante, sobre todo para unos ojos que le hicieron pedalear varios tramos sin casi ver nada. Son ellos los primeros titanes del ciclismo en Cuba para la historia de este evento, del que se hablará en lo adelante por la valentía y el arrojo de sus participantes.
Algunos detales ilustran la hazaña deportiva de este grupo, que solo en la primera jornada sufrió la baja de 23 competidores, quienes por reglamento podrán salir en la segunda fase, aunque no punteen ya para la clasificación general. Cada mañana salen con una manta térmica, un botiquín, un silbato, una luz trasera, herramientas y dos litros de agua en una mochila que cuelga a sus espaldas como la más fiel compañera del trayecto.
Si sufre avería, si se cae, si necesita hidratarse, todo debe resolverlo el ciclista, pues está prohibida la ayuda externa en el recorrido. Cada uno lleva GPS (en Cuba no es obligatorio como sí lo es la original prueba del desierto de Sahara) y debajo del timón aparece un número de emergencia para en caso de perderse durante el trayecto, lo cual es muy común en la lid de Marruecos.
Antes del primer descanso en las tiendas de campaña habilitadas en el campamento levantado, pudimos conversar con los tres primeros lugares:
Diego Tamayo: “Estoy feliz por este primer triunfo. He venido aquí a dar batalla. Cuba es un gran país y quiero honrar la carrera y a mis patrocinadores del Grupo GAES. La suerte me ha acompañado y el cuerpo me respondió. Ha sido un recorrido muy duro y no sabíamos si podíamos llegar.
“Me he entendido a la perfección con el cubano Mojica. Es impresionante, Lo ha dado todo desde el principio, fue muy valiente. Es el que más guerra me ha dado. En sentido general, la selección cubana ha estado bien. El barro es complicado y habrá que cuidar la bicicleta. En lo adelante, me preocuparé por defender el liderato y por honrar la carrera”.
Ibón Zugasti: “Fue un tramo difícil. En ocasiones se imponía la fuerza y en otras la técnica. Había que elegir la carrera buena. Iban delante Diego y el cubano, pero al final aproveché un momento en que perdió fuerzas Mojica y pude sobrepasarlo. Es mucho barro y barro, pero también hay charcos de agua que son imprevisibles de calcular su profundidad. Toca ahora descansar y disfrutar de esta zona verde que no siempre tenemos en las grandes ciudades”.
José Mojica: “Hice lo que pude Quizás al principio me desesperé un poco y eso lo pagué al final. Pero son experiencia que uno adquiere porque es la primera vez que corro en estos eventos. Pero salí a ganar, sin miedos. Hoy no se pudo, pero lo intentaré siempre. Además, utilizo una bicicleta que solo llevo una semana con ella, pues no soy de mountain bike sino de ruta.
“Diego y yo nos ayudamos mutuamente, pero al final me faltaron las fuerzas. Lo intenté, pero no pude y me pasó otro corredor. En la segunda etapa voy de nuevo por la victoria. Lo más molesto es el barro en los ojos. Tuve que ir tramos a ciegas para no quedarme detrás de los punteros. El resto de los cubanos se portaron bien, pero mañana seguro que estarán mejor”.