Por María de las Nieves Galá y Alejandro Benítez, estudiante de Periodismo
A la una de la tarde, la calma reina en los muelles de la terminal portuaria Andrés González Lines, en La Habana: es la hora del almuerzo. En tanto, cerca del mar, cientos de palomas rabiches hacen su fiesta degustando algún que otro grano de arroz esparcido en el piso, luego de que concluyera el descargue de un barco que trajo el producto, ya correctamente almacenado.
El ajetreo de los últimos meses, con el arribo constante de buques, puso a prueba la eficiencia de los trabajadores. Bien lo sabe Alberto Moré Bell, llamado por todos como Rompemuelles. Según comentó, su apodo se lo pusieron por los años 80, cuando había allí más trabajo y menos personal. “Llegaba a las seis de la mañana y salía al otro día; empataba un día con otro, y así eran tres, cuatro meses trabajando de forma ininterrumpida”.
Este hombre, de baja estatura, ha dedicado 30 de los 51 años que tiene a trabajar como estibador. Orgulloso, comentó: “Actualmente los obreros de la terminal tenemos el récord de haber cargado 11 mil 586 sacos en siete horas y veinte minutos”.
La laboriosidad y dedicación de este portuario no es única. Se trata de uno de los más de mil 400 trabajadores de la empresa de Servicios Portuarios de Occidente, constituida en enero del 2015, luego de la fusión de otras tres entidades: La de Servicios Portuarios de La Habana, su homóloga matancera, y la de servicios técnicos.
“Hemos ido integrando tres culturas empresariales, tratando de crear una nueva forma de trabajar en aras de obtener una empresa mucho más potente”, aseguró Rafael Puente Rodríguez, director de la empresa.
Conformada por una oficina central y cuatro unidades empresariales de base (UEB), el propósito ha sido la consecución de los objetivos previstos para el año. “Teníamos un plan muy tenso, sobre todo aportar un millón 600 mil CUC al Estado, para obtener las utilidades previstas y cumplir con una relación salario valor agregado bruto de 0,36”, refirió.
Confesó que durante los primeros 6 meses intentaron que el plan se cambiara, pero no se aceptó. “Muchos nos auguraron que en el segundo semestre nuestros trabajadores iban a ver afectados sus niveles salariales. Sin embargo, laboramos con inteligencia colectiva para buscar eficiencia y se ha logrado”, afirmó.
Insatisfacciones con la 17
La primera vez que escuchamos a los dirigentes sindicales del puerto hablar acerca de la inconformidad sobre la aplicación de la Resolución 17 y del proceso de disponibilidad de los trabajadores fue en el pleno del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Transporte y Puertos (SNTTP), celebrado en los primeros meses del año.
“Nuestros trabajadores tienen derecho a simultanear con el pago por resultados”, dijeron en aquella oportunidad Silverio Ruiz y Amed Martí, ambos del Comité Nacional del SNTTP. El asunto volvió a colación en el pleno efectuado en octubre.
En aras de profundizar sobre ello, Trabajadores se entrevistó con directivos y dirigentes sindicales de la entidad, así como con el secretario general del SNTTP, para esclarecer algunas de las dudas surgidas al respecto.
“Cuando empezó la Resolución 17, en julio del 2014, hubo una mala interpretación por parte de nuestra empresa al implementarla. Ahora está todavía en estudio; la administración ha propuesto algunas alternativas, pero no hemos llegado a acuerdos”, dijo Amed Martí, también miembro del buró sindical en la terminal Andrés González.
Según Rafael Puente, en la actualidad cuentan con mil 475 trabajadores; el 60 % recibe pagos a destajo y el 40 % por resultados; en el primer grupo se encuentran los que realizan la carga y descarga de buques.
“Actualmente los estibadores cobran pago a destajo y en los días que están en otras actividades reciben de acuerdo con los resultados”.
Pero, según la 17 pueden estar vinculados de forma simultánea en los dos sistemas, le preguntamos.
La Resolución dice que pueden, no dice que deben estar, no es obligatorio que simultaneen los dos sistemas…
Ellos son los directos a la producción…
Aquí no hay directos ni indirectos, todos son trabajadores, afirmó el director.
En ese sentido, Silverio Ruiz, secretario general del buró sindical en el puerto de La Habana, subrayó: “Toda una vida siempre ha existido trabajador directo e indirecto; los primeros son los que forman la riqueza. A raíz de la Resolución 17 les pertenecía una parte de eso”.
Durante el debate, Puente precisó que “ya nosotros hemos negociado con los compañeros del sindicato, vamos a cumplir lo establecido por la 17, lo vamos a lograr en el primer trimestre”.
Por su parte, Fermín Umpierre Iraola, secretario general del SNTTP, presente en la conversación, reiteró que el artículo 4 de dicha Resolución plantea que pueden simultanearse en una misma unidad de tiempo dos pagos: a destajo y por resultados. “Hoy ellos no han logrado eso”, subrayó.
Disponibilidad, un proceso complejo
Una de las cuestiones que hoy preocupa al colectivo de la Andrés González Lines es el proceso de disponibilidad en el cual se halla inmersa.
El director afirmó que luego de un análisis de la plantilla, a inicios del año, se propuso racionalizar 324 trabajadores, lo cual no fue aprobado por los organismos correspondientes. “En agosto, luego de otro estudio de organización del trabajo, se planteó que fuera de hasta 114 compañeros. Ahora tenemos un cronograma que debemos concluir en la primera quincena de diciembre. Las propuestas de reducción han sido en lugares y áreas donde poseemos posibilidades para ser más eficientes”.
Sin embargo, a estas alturas, ni los propios dirigentes sindicales ni los trabajadores del centro, tal como pudimos comprobar, tienen claridad de la necesidad de este proceso.
“Yo todavía no estoy de acuerdo con eso. ¡Con las utilidades que tiene la empresa!”, expresó Silverio Ruiz. En igual sentido se manifestó Amed Martí: “Estoy de acuerdo en ciertas y determinadas áreas, pero no con la cantidad de personal que se pretende racionalizar”.
Fermín Umpierre aclaró que existe un error conceptual, ya que el hecho de que la empresa tenga utilidades, no quiere decir que no pueda quedar nadie disponible. “Si hay dos que no tienen contenido de trabajo, no hay por qué mantener esas plazas”, subrayó y agregó que desde su punto de vista ha existido falta de comunicación entre la administración y el sindicato, y “si ya se reunieron y no se comprendió, hay que volver para explicar.
“No debemos de ser los del sindicato los que expliquemos este proceso a los trabajadores, porque nos metemos en todo pero no somos especialistas en organización de trabajo. Es a la administración a la que le toca ir a explicarlo 10 veces, 11 y 15. Al sindicato le corresponde exigir que se haga así”.
De lo frío a lo caliente…
Tras 16 años en la González Lines, Arnaldo Babastro Veranes —Presidente para sus compañeros— ya no es estibador, sino responsable de una de las brigadas de la UEB, “aunque tiro sacos de vez en cuando, lo llevo en la sangre”, afirmó.
Babastro se hizo eco de una inquietud del resto de sus compañeros: “A veces estamos descargando un barco no disponemos de las condiciones idóneas para hacerlo, pues faltan medios de trabajo y de protección”.
Esto complejiza la tarea. Freznel González, bracero de la unidad, trabaja vestido con alguna ropa vieja, porque “los overoles son de muy mala calidad”, y debió conseguir por sus medios la faja con la que labora, que protege su espalda de los 2 mil sacos de 50 kilogramos cada uno, que pueden pasar por sus hombres en un turno normal.
Puente Rodríguez aseguró que han ejecutado el presupuesto de los medios de protección y estos han sido distribuidos; no obstante, reconoció que los que se hacen en el país no gozan de la calidad requerida.
Y luego está el tema del hielo. Fermín Umpierre apuntó que el asunto lo han abordado en diferentes escenarios, en el sindicato provincial y con el gobierno, y no se ha resuelto: “No es fácil al mediodía meterse en un barco a tirar sacos, con tan altas temperaturas. No hay sensibilidad con eso”.
Arnaldo Babastro, Presidente, expresó que muchas veces no tienen agua fría para tomar, debido a que en el verano la distribución del hielo se centra en otros lugares, y a ellos, que constituyen un escalón fundamental en la economía del país, los dejan en un segundo plano.
El director de la entidad afirmó que el puerto ha tenido épocas mejores que otras en cuanto a la alimentación, aunque aclaró que en estos momentos ofertan no menos de cuatro productos en el almuerzo y la comida, y aseguran la merienda de los trabajadores. “No se garantiza para todo el año el refresco, que es lo que más les gusta a ellos, pero hicimos gestiones y les ofrecemos Tan Rico, que es un poco ácido para los estibadores. También contamos con un proveedor de helado”.
Puente expuso que cada viernes realizan una reunión de trabajo para planificar todas las operaciones de la semana, en la cual participan los jefes de la UEB y están invitados los dirigentes de las secciones sindicales. “Los que más asisten son los de la Andrés González Lines y del puerto, el resto no viene. Ahí tomamos decisiones que van hasta las botas que vamos a comprar a los trabajadores; eso lo decide el sindicato”, alegó.
Vital en la cadena
En pos de lograr una empresa estatal socialista altamente eficiente, tal como expresó en varias ocasiones Rafael Puente Rodríguez, la Empresa de Servicios Portuarios de Occidente ha ido engranando los resortes de eficiencia; sin embargo, es preciso dar solución a cuestiones que inciden en el bienestar de los portuarios.
No es entendible que un proceso tan difícil como el de la disponibilidad, tenga que llegar a concretarse a fines de año, cuando ha habido tiempo suficiente para ejecutarlo. Está comprobado que cuando fallan eslabones en la comunicación, aunque existan muy buenas intenciones, no se materializa el objetivo.