El Estado Islámico se adjudicó el sábado la responsabilidad de los atentados coordinados en los que murieron 127 personas cuando hombres con armas y chalecos explosivos atacaron restaurantes, una sala de conciertos y un estadio en París la noche anterior.
El presidente francés, François Hollande, calificó los ataques como un atentado terrorista sin precedentes.
En el peor de los ataques, hombres armados asesinaron de manera sistemática a al menos 87 personas que asistían a un concierto de rock en la sala Bataclan, señaló un alto cargo del municipio de París. Comandos antiterroristas acudieron al edificio, donde decenas de supervivientes fueron rescatados. El sábado por la mañana todavía se estaban recuperando cuerpos de algunas víctimas.
Cerca de 40 personas murieron en otros cinco ataques en la región de París, agregó el responsable, entre ellos un aparente doble atentado suicida fuera del Stade de France, donde Hollande y el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania asistían a un partido amistoso entre las selecciones de fútbol de Francia y Alemania. Otras 200 personas resultaron heridas.
Los ataques se produjeron en momentos en que Francia, miembro fundador de la coalición liderada por Estados Unidos que realiza ofensivas aéreas contra milicianos del Estado Islámico en Siria e Irak, se encontraba bajo alerta de posibles actos terroristas.
Se trata del peor ataque de este tipo en Europa desde los atentados de Madrid en 2004, donde murieron 191 personas. Hollande manifestó que los atentados en París fueron organizados por el Estado Islámico desde el exterior, con ayuda interna.
«Haciendo frente a una guerra, el país debe adoptar la decisión adecuada», dijo Hollande el sábado. «Estamos adoptando todas las medidas para proteger a nuestros compatriotas y nuestro territorio en el marco del estado de emergencia», agregó el mandatario que anunció tres días de luto oficial en el país.
El Estado Islámico reivindicó los ataques y dijo que fueron diseñados para demostrar que Francia continuará siendo un objetivo prioritario mientras el país europeo continúe con sus políticas.
Una fuente del Gobierno francés dijo a Reuters que había 127 muertos, 67 personas en estado crítico y otros 116 heridos. Seis atacantes se inmolaron y uno fue abatido por la policía. Podría haber un octavo atacante, aunque no está confirmado. Los ataques, en los que se emplearon bombas y armas automáticas, duraron 40 minutos.
«Los terroristas, los asesinos abrieron fuego contra varias terrazas de cafés con ametralladoras antes de entrar en la sala de conciertos. Había muchas víctimas en terribles y atroces condiciones en distintos lugares», dijo el jefe de policía Michel Cadot, en declaraciones a periodistas.
ESTADO DE EMERGENCIA
Tras ser evacuado del estadio durante los ataques, Hollande declaró el estado nacional de emergencia -el primero desde la Segunda Guerra Mundial- y el sábado calificó los atentados de «acto de guerra».
Se instauraron controles fronterizos temporalmente para evitar que los atacantes pudieran escapar.
La banda de rock U2 canceló un concierto previsto para la noche del sábado en París y otros acontecimientos deportivos locales también fueron suspendidos. El metro de la ciudad fue cerrado y se ordenó a las escuelas, universidades y edificios municipales no abrir durante el sábado. Sin embargo, algunos servicios aéreos y de ferrocarriles seguirán operando.
Hollande visitó la escena más sangrienta del ataque, el salón de conciertos Bataclan, y prometió que el Gobierno libraría una lucha «sin compasión» contra el terrorismo.
Todos los servicios de emergencia fueron movilizados, las vacaciones de policías fueron canceladas, 1.500 refuerzos del Ejército fueron enviados a la región de París y los hospitales llamaron a su personal para tratar a las víctimas.
Las cadenas de radio advertían a los parisinos de que permanecieran en sus casas e instaban a los residentes a brindar refugio a cualquiera que quedara varado.
El ataque más mortal ocurrió en Bataclan, una popular sala de conciertos donde actuaba el grupo de rock de California «Eagles of Death Metal». Está situada a pocos cientos de metros de las antiguas oficinas del semanario satírico francés Charlie Hebdo, blanco de un letal atentado de hombres armados islamistas en enero.
Testigos en la sala escucharon a los hombres armados gritar lemas islamistas y criticar la participación de Francia en la guerra de Siria.
Hollande canceló sus planes de viajar a Turquía el fin de semana para una cumbre del G-20. El presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, lideraron las voces de solidaridad con Francia y el secretario general de la ONU condenó los «despreciables ataques».
Julien Pearce, periodista de Europe 1, estaba en el Bataclan cuando se inició el tiroteo. En una noticia en el sitio web de la radio dijo que varios individuos muy jóvenes, que no usaban máscaras, entraron al lugar en medio del concierto armados con rifles de asalto Kalashnikov y comenzaron a disparar.
«Había cuerpos por todos lados», relató.
En el centro de París se produjo un tiroteo junto a un restaurante de comida camboyana.
Además, 18 hombres murieron cuando un hombre armado abrió fuego en la noche del viernes contra gente que estaba sentada en terrazas exteriores en la popular zona de Charonne. Horas después, la policía parecía seguir buscando a los sospechosos.
También hubo noticias no confirmadas de tiroteos en otros lugares, como el centro comercial de Les Halles (Tomado de Reuters)