Por MsC Lázaro Rodríguez Forte *
El potencial económico-productivo de Matanzas la coloca en una posición muy ventajosa para que la inversión extranjera aproveche las amplias posibilidades ofrecidas por una provincia tan turística como petrolera, claramente estratégica para el país.
La experiencia atesorada en la perforación de pozos y en la extracción del crudo deviene fortaleza para una industria yumurina con suficiente entrenamiento para gestionar y afrontar disímiles proyectos foráneos, avalados por resultados de eficiencia.
Primordial atractivo seguirán siendo sus opciones de ocio. Dotada con Varadero, la playa de mayor extensión de Cuba y convertida en su principal balneario, el turismo matancero trasciende las fronteras en el propósito de abandonar la exclusividad de destino de sol y playa que lo ha caracterizado. Hoy se diversifica. Proyecciones de otras marinas y campos de golf, figuran como dos puntos fuertes en su amplia cartera de negocios.
Imprescindible generador de divisas, el sector ha emergido como una de las esenciales ramas de servicios de la economía cubana, debido a su notable ventaja de rápida rotación del capital invertido, su recuperación con favorables tasas de ganancias, aun cuando estas se compartan con el capital foráneo.
En términos prácticos, el turismo enfoca sus demandas al empresariado local, el que a su vez solicita de productos intermedios y provoca incrementos sucesivos de la demanda, con los consiguientes saldos de progresiones sectoriales, encadenamientos productivos y una necesaria creación de empleos.
La densidad vial de Matanzas, superada solo por la de La Habana, facilita cualquier exigente inversión. Óptimos accesos por la Autopista Nacional y la Carretera Central, y al polo de Varadero, lo refrendan, a lo que se une el soporte ferroviario. El aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez admite hasta 30 aeronaves en un día, de pequeño, mediano y gran portes.
La provincia, que cuenta con 16 asociaciones económicas internacionales en ocho organismos de la administración central del Estado, precisa de resolver dificultades en su capacidad industrial. Una Rayonitro muy distante de su época de gloria, desaparecidas fábricas de calzado en un territorio de tanta tradición alertan de retomar lo perdido, conservar lo que queda, optimizarlo, ampliarlo.
Como punto fuerte figura la inscripción de siete proyectos del sector agropecuario en la cartera de oportunidades del país, lo cual pudiera multiplicarse con estudios de factibilidad económica que respalden propuestas de las fortalezas existentes en los 13 municipios, muy en especial Matanzas y Cárdenas. La participación de la provincia en ExpoCuba 2016 anuncia una oportunidad para la ocasión.
Si algo agradecerían los habitantes de una de las ciudades más bellas de la isla es inversión en su deteriorada urbe, un patrimonio que intenta mejorar el programa por el aniversario 325 de su fundación (en tres años), pero que resulta insuficiente para darle un vuelco a lo que en verdad requiere la querida Atenas de Cuba.
Aunque Matanzas está en condiciones de que la inversión extranjera se incremente de manera estable y dinámica, una debilidad interpuesta en el camino de conseguir efectividad en tal pretensión lo es la inexistencia de una delegación u oficina que cumpla con el vital encargo, estructura que aquí dejó de funcionar. Ahora Matanzas se subordina a la de Cienfuegos.
*Presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores en la provincia de Matanzas
