Muy concurrida todos los días, en particular los viernes y sábados, está la Terminal del Lido, en el municipio de Marianao, La Habana. Desde ahí parten diferentes medios de transporte con destino a varios municipios de la provincia de Artemisa. Elier Collazo Río es uno de los tantos artemiseños que emplea este servicio hace algunos años; por lo general, él y su compañera salen para La Habana muy temprano y regresan por las tardes; en ocasiones, les coge la noche por el camino.
En sus palabras mostró preocupación: “Los choferes llenan el camión con todos los pasajeros que pueden y se detienen por la autopista en muchos lugares. Hay algunos conductores que van con exceso de velocidad y otros no”, agregó el universitario. Coinciden en que la cuestión es exigirles cumplir lo establecido, pues hoy por hoy, siguen siendo una alternativa muy buena para aquellos que tienen que ir a sus provincias.
Otras pasajeras como Marielena Peña, María González y María del Carmen Ramírez, regularmente viajan a La Habana desde Güira de Melena y Artemisa tanto en camiones como automóviles, incluso por la madrugada. Manifiestan que han presenciado accidentes donde se ven implicados estos últimos. “Los camiones no van tan rápido como las máquinas, pero sí con exceso de pasajeros”.
Hace poco, ante una emergencia familiar, Pedro Torres tuvo que venir desde la provincia de Holguín: “Pagando bastante, resolví enseguida. No obstante, uno siempre tiene algo de temor porque a cada rato se escucha información de un tremendo accidente, en los que están involucrados estos carros”.
Ciertamente es así, a cualquiera se le ponen los pelos de punta ante las imágenes dejadas por esos sucesos. El más reciente —el de mayores perjuicios de los registrados en el país— fue el sucedido en territorio agramontino el pasado 10 de octubre en el kilómetro 31 de la carretera de Santa Cruz del Sur, en la zona conocida como La Virginia.
Según el periódico Juventud Rebelde, “el fatídico accidente de tránsito —uno de los más mortales ocurridos en la última década en Camagüey— ha dejado un saldo de 15 víctimas fatales y 36 lesionados, hasta el cierre de esta información, justamente a las 11:10 a.m. de este lunes 12 de octubre”.
De acuerdo con la corresponsal Yahily Hernández Porto, datos preliminares de la investigación —aun en curso por peritos y especialistas del MININT en Camagüey—, recogen que el conductor del vehículo, con chapa P146338, en una vía recta, realizó un adelantamiento a exceso de velocidad, y en esta maniobra indebida perdió el control del carro, lo cual provocó que el camión de transportación privada se saliera de la calzada bordeando todo el paseo, a la vez que impactó con una alcantarilla y se volcó varias veces.
A lo largo del año, otros hechos similares nos han estremecido. El exceso de velocidad y de pasajeros, el irrespeto al derecho de vía; desperfectos técnicos, principalmente en los sistemas de freno y dirección; así como el sueño o cansancio de los conductores están entre las principales causas de esos acontecimientos.
Los más peligrosos
La teniente coronel Teresa Albentosa Rodríguez, jefa del Departamento de Divulgación y Educación Vial de la Dirección Nacional de Tránsito, reconoce que los accidentes de tránsito con la participación de vehículos dedicados a la transportación masiva de personas son muy peligrosos, dado el considerable número de muertes y lesionados que resultan de estos hechos.
Cuando la población escucha hablar de los accidentes con consecuencias masivas, muchos dicen, casi sin pensarlo, que se trata solo de los camiones u ómnibus.
“Sin embargo, la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) considera los accidentes con consecuencias masivas a aquellos que reporten dos fallecidos, donde existan más de seis personas entre occisos y lesionados. No está dado por el tipo de vehículo, ni la propiedad, sino por la cantidad de víctimas. Pueden ocurrir tanto en camiones, guaguas, como en carros ligeros, no necesariamente en transportación masiva o colectiva de pasajeros”, agregó. S
egún datos ofrecidos por la DNT, durante los años 2011-2014 y el primer semestre del 2015, se produjeron 217 accidentes masivos, que causaron la muerte de 342 personas y lesiones a otras 3 mil 359.
Si bien durante el verano, debido a las medidas aplicadas, se lograron resultados favorables en la disminución de los accidentes, al finalizar agosto la ocurrencia de varios siniestros de este tipo —al cual se suma el de Camagüey, anteriormente citado— nos indica cuánto aún falta por alcanzar en las acciones de prevención.
Cumplir lo establecido
El anonimato fue la opción de los choferes con quienes hablamos en el Lido. Uno de ellos manifestó que es propietario de su carro desde hace 30 años y, aunque conduce hace más de 50, nunca ha tenido accidentes. Reconoció que “las violaciones que cometen otros choferes deben ser corregidas, pero muchas veces los inspectores son incisivos; sin embargo, con los vehículos estatales no se comportan igual”.
Por su parte, uno que también hace recorridos hacia Güira de Melena, expuso que mantiene actualizado el certificado de la revisión técnica y que muchas veces lo han detenido en la vía para revisar el exceso de personas, no obstante, le impusieron una multa por no tener en el vehículo un extintor de fuego.
A pesar de ser reacios a las entrevistas y solo aceptar exponer sus criterios, no así sus nombres, pudimos percatarnos de la disciplina en el mantenimiento del vehículo y la actualización de los certificados de revisión técnica.
Williams Martell Calero, chofer de uno de los camiones que da viajes a Pinar del Río, accedió a hablar. Según él, hace seis años que está en esas funciones y actualmente el camión en el cual trabaja se revisa cada 15 días. “Cuando nos detienen los inspectores, comprueban si llevamos a pasajeros de pie; aunque en mi licencia operativa consta que podemos tener 33 sentados y 24 parados”.
Erasmo Arias Verdecia, director de Inspección Estatal de Transporte en La Habana y jefe de la supervisión de enfrentamiento en la Comisión de Seguridad Vial, explicó que la Ley 109, Código de Seguridad Vial, en el artículo 135, inciso 6 y la norma complementaria Resolución 382 del Ministerio de Transporte, regulan que la cantidad de personas de pie y sentadas se corresponden con el tiempo de duración del viaje y el kilometraje.
“Cuando comenzó a implementarse la Licencia Operativa Nacional se estipuló que los recorridos que excedan la hora no pueden trasladar pasajeros de pie. La ley expone que se deben transportar cuatro pasajeros por metros cuadrados y en ocasiones hay más de esa cantidad en los camiones”, alegó Arias Verdecia.
Ante el criterio de los cuentapropistas de que los inspectores son más exigentes con ellos que con los choferes del sector estatal, Lázaro Sánchez Vega, especialista de la Dirección de Inspección Estatal dijo que independientemente del nivel de accidentalidad en que incurren, “estos vehículos no interactúan con ningún sistema de revisión técnica y nosotros somos los que lo hacemos.
“Los ómnibus nacionales tienen su reglamento de operaciones que norma el procedimiento para ello, también los dos conductores son debidamente chequeados por los médicos. Igual ocurre con otros vehículos de transportación masiva, pero que transitan solo en la provincia, en viajes que duran entre 45 minutos y una hora y media.
“En esos casos son revisados, como los ómnibus en las terminales, entre ellas, Santiago de las Vegas, Cotorro, Guanabo, Alamar y El Calvario”, agregó.
Inspección necesaria
El ingeniero Erasmo Arias Verdecia advirtió que los especialistas realizan una inspección completa del vehículo: el estado técnico, la documentación, la categoría de conducción de los choferes, la cantidad de pasajeros.
También comprueban si reúnen las condiciones necesarias para transportarlos donde los techos no sean solo de lona, las escaleras y el piso estén corrugados, que existan las barandas o pasamanos para que las personas se puedan sostener y que la salida de emergencias no tenga ningún obstáculo.
En ocasiones, los viajes a otras provincias, como Santiago de Cuba, se efectúan en muy poco tiempo. “Van con exceso de velocidad, a más de 60 km/h que es lo que está señalado para este tipo de transportación. Estos vehículos realizan el trayecto en tres horas hacia Sancti Spíritus, recorrido que según los estándares de la Empresa de Ómnibus Nacionales, por lo cual nos guiamos, deben ejecutarse en cinco horas”.
Un conductor santiaguero que rinde viaje a La Habana reconoce que ciertamente sí viajan a exceso de velocidad. “Eso pasa porque existen choferes inconscientes, pero también sucede porque la gente solo entiende con la multa. A veces transitas muchos kilómetros y no te encuentras con una autoridad. Es verdad que las leyes se hicieron para cumplirlas, mas tiene que haber alguien que te aplique la medida cuando la violes. Todo no podemos dejarlo a la conciencia de la gente”.
Precisamente, el ingeniero Arias expuso que estos camiones deben ser chequeados en todos los puntos a lo largo y ancho del país, no solo para indicarles la velocidad requerida, sino preservar las vidas de las personas que viajan allí.
Recordó, además, que esos viajes que duran más de cuatro o cinco horas tienen que hacerse con dos choferes presentes en el vehículo, como se manifiesta en la licencia operativa, para que uno de ellos pueda auxiliar al que va manejando en caso de que tenga sueño o esté cansado.
“Sin embargo, a veces este apoyo se encuentra esperando en otras provincias o en los puntos de recogida de pasajeros para garantizar la salida del camión apenas este llegue al destino. Por lo que se puede comprender, ambos conductores realizan los viajes solos y el camión tiene un funcionamiento ininterrumpido, lo cual podría afectar el mecanismo de estos vehículos.
“Cuando los inspectores detectan esa infracción se les retira la documentación hasta que se presente el otro conductor.
“En la capital existen cuatro puntos fundamentales para la transportación masiva: Novia del Mediodía para la autopista de Pinar del Río, 100 y 1er. Anillo, terminal de Villanueva —antigua La Coubre—, y el kilómetro 8 de la Autopista Nacional, al lado del puente del Cotorro. En estos, por lo general, refiere el director, se ubican dos inspectores estatales, quienes llevan a cabo el chequeo técnico-ocular en toda la parte técnica y la documental, además de un ciclista del tránsito que comprueba la información de la licencia de conducción con el registro.
“Específicamente vemos el estado del sistema de luces, de frenos y la emergencia. También se utiliza, cuando es posible, la planta móvil para corroborar alguna dificultad que no se pueda detectar a simple vista en algunos de los parámetros”, explicó Arias Verdecia.
Por otra parte, la Dirección de Inspección Estatal de Transporte de La Habana, ha intensificado su labor en los horarios donde más han ocurrido accidentes, junto con la policía de la motorizada. “En el caso de la transportación masiva interprovincial priorizamos los cuatro puntos de salida para la Autopista Nacional y para Pinar del Río”.
Expuso el especialista Lázaro Sánchez que incluso en la nueva terminal Villanueva —La Coubre— los compañeros que expiden cada vehículo, de conjunto con la PNR y la Dirección de Inspección Estatal, les piden la documentación a los choferes, les preguntan y controlan la cantidad de pasajeros que van a viajar y se les realiza la revisión técnica.
Responsabilidad ante todo
El transporte de pasajeros con medios altenativos, sigue siendo una oportunidad para los cubanos, dadas las dificultades que hoy existen en ese sentido. Pero, tal como expresan los especialistas de la DNT, manejar vehículos de transportación colectiva exige un gran compromiso, pues la vida de muchas personas depende de quienes los conducen.
De ahí la importancia de cumplir las regulaciones establecidas. Nada justifica que ello se viole.
El enfrentamiento a las causas y condiciones que originan estos tipos de accidentes transitan por la necesidad de revisar el marco regulatorio aprobado en varias resoluciones que estipulan la transportación masiva de pasajeros, así como el otorgamiento de Licencias Operativas y que ya hoy necesitan de una urgente actualización. Ello puede impactar en disminuir condicionantes en este tipo de transportación y a la vez en una herramienta de trabajo para todos aquellos que deberán exigir y controlar su cumplimiento.