La protesta pretendía llegar al parlamento y a otros edificios gubernamentales, pero la policía bloqueó el camino con camiones dotados de cañones de agua, indicó el diario digital Hurriyet Daily News.
La demostración tuvo lugar en el primero de los tres días de duelo decretados por el Gobierno tras los sucesos del sábado en la plaza Sihhiye. Agentes policiales habían denunciado que varios diputados del prokurdo Partido Popular Democrático (HDP), sindicatos y otras agrupaciones de izquierda estaban entre los organizadores de la marcha siniestrada.
Cuando estallaron las dos bombas, con pocos segundos de intervalo entre ellas, el HDP y al menos tres gremios nacionales, se pronunciaban contra el conflicto entre el Ejército y la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las explosiones provocaron 246 heridos aún tratados en hospitales, incluidos 48 en cuidados intensivos, por lo que las autoridades no descartan que se incremente la cifra de fallecidos.
Hasta el domingo 52 cadáveres fueron identificados en el peor y más mortífero atentado en la historia de Turquía. El Gobierno insiste en acusar al PKK o a otras organizaciones de izquierda de estar detrás de esa acción violenta.
Las detonaciones ocurren apenas tres semanas antes de los comicios anticipados del primero de noviembre, donde el Partido de Justicia y Desarrollo intentará recuperar su mayoría en el legislativo que perdió con la entrada del HDP en ese órgano. | PL