Después de un largo recorrido a través de las instancias establecidas, la causa de sus desvelos sigue en pie: un muro levantado ilegalmente por su vecina en la casa colindante.
La construcción, que deja solo 5 centímetros de separación entre las viviendas, limita la claridad y la ventilación de su casa. Además, en la etapa lluviosa favorece la penetración “excesiva” del agua, lo que ha originado graves consecuencias al inmueble, explica en su misiva.
El 13 de marzo del año en curso la compañera fue multada y se le notificó que debía demoler dicho muro antes de 72 horas, lo que aún no ha sucedido, señala el remitente.
A partir de ese momento, agrega, recibió la visita de varios inspectores de las direcciones municipales y provinciales del Instituto de Planificación Física (IPF) y del vicepresidente de Construcción y Enfrentamiento a las Ilegalidades de la Asamblea del Poder Popular del territorio.
También se dirigió a Atención a la Población con fotos y cartas para que las entregaran al Consejo de la Administración Municipal (Cam) y al IPF a nivel nacional, quienes trasladaron su queja al Consejo de la Administración Provincial (Cap), pero ninguna gestión fructificó.
En solidaridad con Salvador los vecinos enviaron una carta a la oficina de Atención a la Población del Partido en La Habana, de donde les comunicaron que la queja había sido enviada para el Cap y el Cam.
Pese a las respuestas y gestiones lo legislado sigue sin ser cumplido, y el lector se pregunta: ¿hasta cuándo?
Como esta suman varias cartas recibidas y tramitadas que denuncian situaciones similares. Esperamos una solución inmediata al que podría parecer un conflicto de vecinos, pero suscribiendo lo planteado por el reclamante, es muestra de que cuando “las autoridades pertinentes no hacen uso de sus prerrogativas para hacer valer la ley, el orden y el respeto, los indisciplinados toman fuerza y arrinconan a quien tienen por delante”