Aunque nacida en 1956, su verdadera fuerza y estabilidad comenzó precisamente en octubre de 1965, a la par de las transformaciones que la naciente Revolución ejecutaba para situar a los cubanos de frente al mar, algo indispensable daba la condición isleña de la nación caribeña.
En su historia de medio siglo, la revista ha sido vocera excepcional del acontecer pesquero y marítimo del país, y salvo una breve desaparición a inicios del llamado Período Especial, permanece fiel a las ideas y propósitos de su fundador, el líder cubano Fidel Castro, quien encargó entonces a los directivos del Instituto Nacional de la Pesca la creación de la publicación.
Cuando el país no pudo contar ya su gran flota oceánica, algunos vaticinaron con escepticismo que la revista no tendría razón de ser, pero hoy, a pesar de sus 30 000 ejemplares con frecuencias bimestral ―unas tres veces la tirada de aquellos tiempos― Mar y Pesca no es “presa” fácil para muchos lectores acostumbrados a su quehacer.
En sus páginas aparecen, entre otros, temas históricos, arqueológicos, geográficos, de navegación, sobre la industria pesquera, plástica, literatura, cine, música y numismática, así como secciones fijas, historietas, una revista ecológica por su naturaleza, defensora del mar, el medio natural de donde emergió el hombre.
Vinculada en esta última etapa con los 500 años de la fundación de las primeras villas cubanas, Mar y Pesca se viste de ensueños y se esfuerza por mantener con lozanía la certeza de que “coleccionarla es un privilegio, pues en ella aparece el mejor catálogo de la pintura marina publicado sistemáticamente”, según palabras de Eusebio Leal, Historiador de La Habana.
Con el que ya circula, son 417 números de la publicación, que cual embarcación emblemática empina su proa con la seguridad de que son posibles otros 50 años.