Cuando la 55 Serie Nacional de Béisbol sobrepasó la mitad de su calendario y a solo 9 días del primer corte en los 45 nombres presentados por Cuba para el torneo Premier 12, la Federación Cubana de Béisbol (FCB) anunció, mediante nota oficial, la designación de Víctor Mesa como mentor de la selección nacional que nos representara en dicho certamen, del 8 al 21 de noviembre.
Los argumentos expuestos fueron escuetos: “es un mánager de experiencia, que en varias oportunidades ha estado al mando del equipo nacional”, en tanto ejemplifican la decisión con sus resultados más sobresalientes: el quinto lugar en el III Clásico Mundial (2013), las coronas en Haarlem y Rotterdam (torneos en Holanda), así como el oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz (2014).
Sin embargo, el tema cobra más polémica y expectativa por el procedimiento empleado para retirarle a Víctor Mesa la conducción en julio pasado del conjunto nacional a los Juegos Panamericanos de Toronto, pues si bien nadie cuestionaba los méritos del avileño Roger Machado, pocos entendimos como la dialéctica contradijo sin razones de peso una decisión que la propia FCB había defendido en años recientes: el mentor duraría un ciclo de cuatro años, hasta el Clásico Mundial del 2017.
La realidad es que Machado regresó con bronce de la ciudad canadiense y el otrora jardinero de los equipos Villa Clara guió a un equipo con figuras descartadas para la formación principal a la corona del certamen en Rotterdam. Y aunque sabemos la diferencia de calidad y presión psicológica entre ambos eventos, lo cierto es que el “pulso virtual” establecido lo ganó el ahora director de Matanzas.
Desde entonces pocos especialistas dudaban que uno de los más carismáticos peloteros –quizás el más— que haya pasado por nuestras Series Nacionales no volviera a tomar las riendas de la selección nacional, a partir de ser consecuente con algo que nunca debió trastocarse, y mucho menos a partir de la palabra empeñada por la FCB ante el pueblo a través de los medios de comunicación radiales, televisivos e impresos.
Reitero hoy, —como expuse en la conferencia de prensa de junio— que Machado debía ser estimulado por lo que ha sido capaz de hacer desde su puesto (dos coronas nacionales y una plata) y quizás en la preparación para ser en el futuro cercano un director también por un cuatrienio de la selección nacional, lo mejor hubiera sido enviarlo al frente del conjunto a la tierra de los tulipanes. Sin embargo, agua pasada ya no mueve molinos.
Ahora esta reivindicación de Víctor ha llegado acompañada de más tranquilidad en su verbo incontenible, de una madurez que él mismo reconoce ha ganado como mentor para tomar decisiones, para dirigirse a sus jugadores y hasta para desconcertar a los rivales; en tanto le falta por darle a su pueblo y a su país ese alegrón que como jugador le regaló por arrobas en campeonatos mundiales, Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos y en cuanta competencia acudió.
El Premier 12 no será un Clásico Mundial por muchas cosas, pero el modelaje deportivo será casi idéntico, solo que con mayor resistencia de casi todas las federaciones del Caribe para autorizar a sus jugadores en medio de sus ligas invernales, al tiempo que los permisos de la Major League Baseball (MLB) para que sus mejores jugadores acudan hasta Asia sigue como incógnita.
Ya se sabe que Cuba sostendrá, cuando más, cuatro partidos antes de dar inicio el torneo en Taipei de China. Presumiblemente serían dos contra un equipo estadounidense en casa y otros dos con un elenco sudcoreano en condición nosotros de visitantes. Es decir, los peloteros se concentrarán concluida la primera fase de la Serie Nacional en una composición de 13 lanzadores (es lo mínimo que establece el Reglamento) y 15 jugadores de posición.
El orden de enfrentamiento, confirmado hasta ahora por los organizadores muestra que jugaremos contra Canadá el día 10; versus Holanda el 11; frente a Puerto Rico el 12; y par de días más tarde ante los locales de Taipei de China, en tanto cerrarán contra Italia el domingo 15. La llave B está compuesta por Japón, Estados Unidos, República Dominicana, Corea del Sur, Venezuela y México.
Puesta las cartas y la información sobre la mesa resta solo el estudio real de los contrarios y dejar que Víctor Mesa trace su estrategia, sobre la cual podemos o no estar de acuerdo 100 por ciento, pero que debemos respetar hasta el final. Desde ya aseguro que un puesto en el podio sería un gran resultado.
¿Ganar el Premier 12? Sería una de las más grandes emociones para las almas de cualquier cubano, gústele o no la pelota, Y en el caso de Víctor Mesa: uno de sus títulos más añorados. Esperemos.
