Bajo el amparo del Apóstol de la independencia José Martí, el más universal de los cubanos, el pueblo de la región occidental de Cuba acompaña al Papa Francisco en la primera Santa Misa que oficia en el país.
El histórico lugar acoge por tercera ocasión desde enero de 1998, cuando lo hizo Juan Pablo, a un Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, ahora recibido como Misionero de la Misericordia.
A la Plaza legendaria, colmada desde horas muy tempranas, han llegado católicos y no católicos, creyentes o no, un pueblo entero en representación de toda Cuba para reafirmar la unidad de la nación y recibir las alabanzas y bendiciones del Obispo de Roma.
El oficio religioso comenzó a las nueve de la mañana (hora local) y cuenta con el acompañamiento musical de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Universidad de las Artes, junto a instrumentistas de la Sinfónica Nacional y de la Escuela Nacional de Música, además de coros profesionales, agrupaciones vocales de distintas iglesias y una coral de niños.
El programa del día prevé también una visita de cortesía (en horas de la tarde) al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el Palacio de la Revolución, sede del gobierno.
A continuación visitará la Catedral de La Habana, donde participará en la Celebración de las Vísperas, junto a sacerdotes, religiosos y seminaristas, y con posterioridad saludará a jóvenes y claustro del Centro Cultural Padre Félix Varela.