“Gracias por venir a visitar esta tierra nuestra, Cuba querida, gracias por haber sembrado, con su Pontificado, inquietudes buenas y necesarias en nuestras conciencias, tan adormecidas y acostumbradas a la mediocridad”, aseveró el Cardenal Jaime Ortega, al concluir la Santa Misa presidida por el Santo Padre Francisco en la Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana.
El también Arzobispo de La Habana hizo un llamado a que el proceso de renovación en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, “que su Santidad tanto ha favorecido y que tanto agradece nuestro pueblo”, se extienda no solo a los altos niveles políticos, sino que alcance a los pueblos y a los cubanos que viven dentro y fuera de la Isla.
“Solo el amor y el perdón entre todos nosotros será un medio válido para una verdadera y pacífica renovación de nuestra nación”, subrayó.
Instantes después, y respondiendo a estas palabras, el Sumo Pontífice agradeció las palabras del Cardenal y, una vez concluida su intervención del Ángelus, saludó personalmente a los Presidentes Raúl Castro Ruz y Cristina Fernández de Kirchner.
En sus palabras finales, el Papa Francisco sintió el deber de referirse a Colombia, “consciente de la importancia crucial del momento presente, en el que con esfuerzo renovado y movidos por la esperanza, sus hijos están buscando construir una sociedad en paz”.
En este sentido expresó su agradecimiento al Presidente Raúl Castro Ruz por la posición mediadora de Cuba en este conflicto.
Durante rezo del Ángelus pidió por todos aquellos que han perdido la esperanza y no encuentran motivos para seguir luchando, por los que sufren la injusticia, el abandono y la soledad, por los ancianos, los enfermos, los niños y los jóvenes, y por todas las familias en dificultad.
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