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“El bloqueo es una política unilateral y ha de resolverse unilateralmente”

Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda

 

“El bloqueo es una política unilateral y por tanto es una política que ha de resolverse unilateralmente”.

Así se expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, durante la conferencia de prensa en la sede de la Cancillería cubana, donde presentó el Informe de Cuba sobre la Resolución 69/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Anunció que la Resolución circulada a los Estados miembros de las Naciones Unidas será considerada en la Asamblea General el próximo 27 de octubre y sometida a votación; ya por más de 20 años, 188 Estados a favor y solamente 2 en contra.

Señaló el Canciller que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reconocido que el bloqueo solo ha traído aislamiento a su país, no cumple los objetivos por los que fue establecido y provoca daños al pueblo cubano.

No obstante, insistió en que el bloqueo persiste y continúa fortaleciéndose. “Es sabido que el Presidente de Estados Unidos conserva facultades ejecutivas que le permitirían modificar sustancialmente su aplicación”.

Destacó que los daños de la injusta medida se calculan en 833 mil 755 millones de dólares. “El bloqueo es el obstáculo principal para nuestro desarrollo, provoca carencias y privaciones a todas las familias y afecta a los cubanos que residen fuera de Cuba. El 77 % de la población cubana nació y vivió bajo sus crueles efectos”. Además, aseveró que el bloqueo constituye una violación masiva y sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos.

“No es posible que haya normalización de relaciones bilaterales mientras exista el bloqueo contra Cuba”. Lo que determinará el ritmo del proceso de normalización de la relaciones entre Estados Unidos y Cuba  será su levantamiento, insistió.

Durante su intervención Bruno Rodríguez también trató otros temas de interés y actualidad ante los representantes de medios de prensa nacionales y extranjeros.

Anunció que el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, asistirá a los eventos de las Naciones Unidas convocados para los próximos días.

En la sesión de la Asamblea General escuchará a su santidad Francisco el día 25 de septiembre, participará en la Cumbre sobre la Agenda de Desarrollo post-2015, y conmemorará el  aniversario 70 de las Naciones Unidas. En dicha Cumbre hablará el día 26 en la sesión de la mañana.

También el Jefe de Estado de Cuba estará presente en el debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y pronunciará un discurso en la tarde del 28 de septiembre.

Bruno Rodríguez habló de las serias preocupaciones que existen ante las amenazas a la paz internacional. Recordó que “no se han dado pasos importantes en materia de desarme nuclear”.

Se refirió a lo que está ocurriendo con las oleadas de emigrantes en Europa. “Personas que huyen de los conflictos de las guerras, de la pobreza y el subdesarrollo. Nos preocupa que la Unión Europea no avance en la solución de las causas que provocan estas oleadas migratorias y se plantee el uso de medios militares o represivos contra los emigrantes”. Pidió que haya voluntad política en los Gobiernos de los países industrializados, que son responsables históricos de las condiciones de subdesarrollo y pobreza que existen en estos países.

Refiriéndose a la cercana visita del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica dijo: “El pueblo cubano acogerá al Papa Francisco con respeto, aprecio y hospitalidad.

“Nuestro país espera la llegada del Papa Francisco. Hemos trabajado para que la visita sea memorable, como lo merece, por su pontificado, sus posiciones que concitan admiración en América Latina, el Caribe y en nuestro pueblo, y por ser el primer Papa latinoamericano.

“El Gobierno cubano está convencido de que la visita será un acontecimiento extraordinario, para lo que ha trabajado de manera armoniosa con el Estado de la Ciudad del Vaticano, con su Nunciatura Apostólica en La Habana y la Iglesia Católica en Cuba”.

 

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