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Palomas: portadoras de enfermedades silenciosas

Los criadores de palomas deben extremar las medidas higiénicas en los lugares de cría. Foto: Agustín Borrego
Los criadores de palomas deben extremar las medidas higiénicas en los lugares de cría. Foto: Agustín Borrego

 

Carlos René vive para la cría de palomas y práctica esta actividad hace más de 20 años, desde que su padre le regaló la primera. Con sus amigos del barrio habla solo de temas relacionados con esta afición: cómo van los pichones, dónde conseguiste los  chícharos para alimentarlas, si vuelan bien…

“Casi nunca conversamos de las enfermedades que ellas provocan, de hecho, no conocía que  transmitieran alguna al hombre hasta el día en que  comencé a sentirme mal. Primero empecé a marearme con frecuencia, me sentía muy débil, y luego  desarrollé como una gripe, la cual duró más de lo  normal.

“Siempre pensé que las enfermedades de las palomas las padecían ellas nada más, y que con el debido cuidado y asistencia al veterinario no causarían otros problemas; ahora sé que su cría en el  hogar no es del todo inofensivo”, comentó Carlos.

En la actualidad los especialistas advierten que estar en contacto con el excremento de dichas aves puede representar un alto riesgo para  la  salud. Clínicamente  se  conoce  que  tres  enfermedades  —ocasionadas por parásitos— perjudican a aquellos que se dedican a su cuidado, tienen contacto  involuntario con estas o viven en el mismo entorno:  la criptococosis, la histoplasmosis y la psitacosis.

La más frecuente

A pesar de que el excremento contaminado transmite estas afecciones, la criptococosis es la más   frecuente, de ahí que sea conocida como la enfermedad de las palomas; mientras a la psitacosis se le  llama el padecimiento del loro o del perico, por ser  estas aves las de mayor transmisión, y la histoplasmosis como la del murciélago, debido a que estas  son  la fuente de infestación más común.

Según análisis médicos, la criptococosis es una infección micótica, producida por hongos, la cual se encuentra en aves salvajes que la trasladan  a las palomas  domésticas.

Los niños y ancianos corren los mayores riesgos de contraer estas enfermedades. Foto: Ana Margarita González

 

El doctor Antuán Abad Gutiérrez, médico de la familia del capitalino municipio de Arroyo Naranjo, comentó que estas aves no son altamente contagiosas. “Todo depende de cuánta higiene se tenga  para manipularlas, las visitas periódicas al veterinario, el sistema inmunológico de cada persona o  de la dosis infectante a que se expone, más que de  la virulencia propia de esos agentes”.

El galeno advirtió que los tres agentes mencionados tienen el mismo patrón infeccioso, debido a  la inhalación de las excretas contaminadas; la criptococosis puede transmitirse si el hongo entra en  contacto con la piel y mucosas lesionadas.

“Este padecimiento aparece, por lo general, de manera asintomática —como la mayoría de las provenientes de las aves—, aunque puede presentar cuadros infecciosos agudos”, dijo.

Los mismos síntomas que comentaba Carlos René son el inicio de infecciones pulmonares, las cuales dan comienzo al cuadro clínico. También se incrementa una sensación de debilidad, dolor de cabeza y pecho, acompañados de escalofríos, pérdida de apetito, disminución del ritmo cardiaco,  etcétera.

A partir de ahí, surgen lesiones en distintas estructuras del cuerpo: afecta el sistema nervioso central, produce inflamación de los ganglios, hígado, bazo y en casos muy extremos, hasta del corazón.

De acuerdo con el doctor Abad, en ocasiones existe dificultad para diagnosticar este padecimiento, porque “se comporta como una gripe ligera; de ahí la importancia de chequear periódicamente el ámbito epidemiológico, si la persona tiene  contacto con el ave y los síntomas son persistentes  e inusuales”.

Para el tratamiento, los especialistas recomiendan el uso de fármacos antifúngicos (contra los hongos) de gran efectividad, útiles para tratar la histoplasmosis y la criptococosis. La psitacosis, por ser una infección bacteriana, debe ser  tratada con antibióticos.

Según una investigación realizada por la doctora Lis Leysa Ortega Márquez, especialista de segundo grado en Neurología y en Medicina Intensiva y de Emergencia, la incidencia en Cuba es baja, y la mayoría de los casos se encuentran en pacientes con sida, trasplantados y aquellos con alguna enfermedad pulmonar.

Control sanitario: la mejor prevención

Lo más aconsejable es erradicar la cría de palomas en zonas urbanas, sobre todo en grandes  asentamientos donde existan concentraciones poblacionales y realizar la limpieza adecuada de los  sitios de cría para impedir la diseminación de las  heces. No es criar por criar: su propietario debe  tener total control sobre la higiene, el saneamiento y las consultas al veterinario.

Tampoco es desalentar la tenencia de aves como mascotas, sino alertar acerca de la responsabilidad que se asuma en la prevención y control  de estas y otras zoonosis transmitidas por esta  especie.

La doctora Lis Leysa  en su investigación  advierte que, comúnmente, las enfermedades que propagan estos animales son resultado de su atención inadecuada.

“Sus dueños deben mantener a las palomas en un entorno cálido y administrarles aceite de hígado de bacalao, dentro de las posibilidades, por supuesto, y en caso de que estén contagiadas con la gripe, consulte a un veterinario de inmediato, nunca trate de curarlas por su cuenta.

“Las medidas de saneamiento dirigidas a la eliminación de restos de alimentos y fuentes de aguas  influyen significativamente; conociéndolas pueden  en algunos casos resolver el problema  por sí solas”, precisó la galena.

Además, sugiere mantener los palomares limpios y secos, alimentarlas con productos en buen estado, vacunarlas y tratar las heridas con inmediatez. Aunque la frecuencia de contagio es baja en seres humanos, siempre se deben tomar precauciones. La higiene es siempre la protagonista para la prevención de la mayoría de las enfermedades.

Las palomas al volar por las ciudades esparcen material fecal infectado, causa fundamental de la transmisión de enfermedades. Foto: tomada de www.forobuchones.com

 

 Otras dolencias  transmitidas al ser humano por palomas

Histoplasmosis: Enfermedad respiratoria que se manifiesta con un severo daño pulmonar acompañado de escalofríos, fiebre, tos y dolor en el pecho.

Clamidiosis: Bacteria causante de una enfermedad llamada ornitosis, que se transmite al hombre por respirar el polvo fecal contaminado por aves que portan dicha bacteria.

Colibacilosis: Enfermedad causada por un germen llamado eschequiria colis, que se encuentra en el intestino de los animales y del hombre, provoca fiebre, diarrea y pequeñas hemorragias en la piel.

Salmonelosis: Asociada a comida contaminada por el excremento de las palomas que transporta el aire.

Encefalitis de San Luis: Inflamación del sistema nervioso que causa somnolencia, dolor de cabeza y fiebre, además puede provocar parálisis, coma y finalmente la muerte. Esta enfermedad ataca a personas de cualquier edad, pero es especialmente fatal en las mayores de 50 años.

Alveolitis alérgica: Llamada enfermedad del pulmón de la paloma, puede presentarse abruptamente o en forma paulatina provocando inflamación del pulmón (alveolitis), determinada por  una reacción de hipersensibilidad a las plumas o polvo fecal; se manifiesta con tos persistente  que a lo largo del tiempo genera alteraciones en ese órgano, pudiendo llegar a un daño irreversible.

Neumoencefalitis: Conjuntivitis, congestión, lagrimeo, dolor y tumefacción de los tejidos subconjuntivales.

Tripanosomiasis: Los nidos de las palomas son refugio habitual de las vinchucas, insecto que transmite el mal de chagas, por lo que la presencia de aves favorece la aparición de la enfermedad.

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