Como cada septiembre, el inicio del curso escolar moviliza a gran parte del pueblo cubano. Es, sin dudas, una fiesta del saber que se extiende durante meses y que culmina con resultados concretos para docentes, estudiantes y familias.
El período lectivo 2015-2016 que comienza este martes día 1º se afronta en mejores condiciones desde el punto de vista de la infraestructura escolar y universitaria, y también de los recursos materiales que disponen (incluso en equipamiento informático), centros y universidades, según han asegurado directivos de los ministerios de Educación (Mined) y Educación Superior (Mes).
Sin embargo, ello no basta para asegurar la calidad de la educación, objetivo principal del proceso docente educativo. El país cuenta con más de diez mil 350 centros educacionales y 23 universidades, así como con una fuerza considerable de educadores, téngase en cuenta que es el sindicato de mayor número de afiliados.
Por tanto, el aprendizaje y la adquisición de conocimientos y habilidades (sobre todo en la enseñanza técnica y profesional), dependen también, en buena medida, del apoyo y acompañamiento de la familia, sin lo cual resulta casi imposible obtener los éxitos esperados.
Padres y madres están llamados a seguir muy de cerca el quehacer de sus hijos, lo cual no quiere decir que asuman como propias las tareas y los trabajos prácticos que, lejos de ayudar, se convierte en un hábito nocivo, con consecuencias negativas para el desarrollo posterior.
Lo otro, es que el maestro construye su obra día a día, en el aula, sobre la base del ejemplo personal, con una conducta íntegra — expresión de buenos modales, vestir y hablar adecuado, sin manifestaciones de chabacanería y otras vulgaridades— teniendo muy presente que él es el espejo donde se miran los niños, los jóvenes y los adolescentes.
De ahí la importancia de la exigencia en los colectivos pedagógicos y el rol de los directivos, también sindicales, quienes deben velar y hacer cumplir lo establecido, que guarda estrecha relación con la disciplina en los centros.
Sobre este actuar y la ética que debe caracterizar a los profesionales del sector, se debatió en las asambleas municipales y provinciales del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD), balance iniciado en el territorio matancero de Jagüey Grande el pasado 4 de marzo, y que culminará a nivel provincial en La Habana, los días 22 y 23 de septiembre.
Ello será la antesala de la Primera Conferencia que tendrá lugar en diciembre próximo, espacio donde la calidad de la educación, como desafío primero y el más importante, con seguridad ocupará el centro de los análisis, conscientes de que en tal sentido aún no se alcanza lo necesario y al margen de que en la enseñanza general, por ejemplo, las adecuaciones puestas en práctica desde el pasado período lectivo estén hoy demostrando su validez.
Un nuevo curso siempre presupone estrategias y prioridades. En el caso de la Educación Superior, uno de los retos es dar continuidad a la integración de las universidades, que se viene implementando desde el año 2012 en las provincias de Artemisa y Mayabeque y el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Ahora, en septiembre, se involucran Oriente, Granma, Las Tunas, Holguín, Las Villas y Pinar del Río, proceso que, sin lugar a duda, trae aparejado innumerables ventajas en cuanto al fortalecimiento de los claustros y el mejor aprovechamiento de las capacidades e infraestructuras.
De ahí la necesidad de involucrar en la integración a los trabajadores, colectivos, y las organizaciones políticas y de masas de los centros, en aras de que no quede un solo trabajador desatendido y una queja o solicitud sin respuesta.
En las universidades otra labor imprescindible está relacionada con la participación de los estudiantes en la solución de los problemas de la sociedad, tal y como el apoyo que brindan en el completamiento dela cobertura docente, con especial énfasis en la educación general.
Al respecto, el Ministro Rodolfo Alarcón Ortiz dijo, recientemente, que “no podemos dejar de utilizar esta fuerza de gente preparada y dispuesta”, y en aquellos territorios donde haya carencia de profesores ahí deben estar.