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Denuncia oportuna

La opinión de los pasajeros es vital para denunciar violaciones o ilegalidades en el servicio ferroviario. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
La opinión de los pasajeros es vital para denunciar violaciones o ilegalidades en el servicio ferroviario. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Total razón tuvo la denuncia de la tunera Miriela Queralta Martínez y su  esposo, que divulgamos en junio con  el título: Si pagamos nuestros pasajes  ¿dónde están los asientos?, referida a varios contratiempos que enfrentaron en un viaje en el tren Santiago  de Cuba–La Habana y en el retorno  del mismo. Así lo confirma en su respuesta Arturo Prieto Gómez, director  comercial de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC).

La comisión creada para investigar los hechos, expone, determinó  que los asientos que correspondían  a la pareja en su provincia, estaban  ocupados por otras personas, debido  a una venta indebida en Cacocum.  Esto provocó su incorrecta ubicación  en el vagón 9 del tren 12, que cubría  su ruta entre el 11 y el 12 de mayo último.

En el viaje de regreso se evidenció que las ferromozas de los coches  2, 4 y 5 del tren 11 —que se dirigía  desde La Habana hacia Santiago  de Cuba durante los días 16 y 17 del  propio mes— mantuvieron falsamente reservadas esas capacidades y por  tanto sin reportar. Aunque no se encontró un vínculo definido entre la  acción con el cobro a los pasajeros,  queda claro que ese era el objetivo,  comenta el funcionario.

Obtener un boletín, explica, para un tramo más corto que la necesidad  del destino final y permanecer a bordo a sabiendas de que no hay modo  legal de pagarlo, es una indisciplina  que afecta la organización y crea un  ambiente propicio para el tipo de corrupción denunciado por la lectora  Miriela.

Sin embargo, alerta Prieto Gómez, que en muchas ocasiones son los  propios pasajeros quienes ofrecen dádivas para continuar el viaje.

En cada una de las violaciones se determinó el infractor y a todos les aplicaron medidas disciplinarias.  La ferromoza del tren 12 que  atendió a quienes se quejaron fue  amonestada públicamente por no  ubicarlos en los asientos que les correspondían; mientras que a las de  los coches 2, 4 y 5 del tren 11 y a la  expendedora de boletines de la estación de Cacocum se les trasladó  temporalmente (por un año) a plazas de menor remuneración, calificación o condiciones laborales distintas, con derecho a reintegrarse a  su antiguo puesto.

El funcionario reconoce que la denuncia permanente y oportuna de sucesos como estos, así como el control y la acción enérgica pueden cortar su proliferación. No obstante, la UFC trabaja con sus tripulaciones para que hechos similares no  sigan ocurriendo.

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