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Freiman, un hombre nacido para fundar

 

Rafael Eugenio Tamayo Freiman. Foto: Jorge Pérez Cruz

 

Cuando este 29 de agosto se esté celebrando el aniversario 50 del inicio del proceso de construcción del Partido Comunista de Cuba, en las fuerzas del Ministerio del Interior, Rafael Eugenio Tamayo Freiman sentirá la satisfacción de ser uno de sus protagonistas.

“Soy fundador del Ministerio del Interior, del Partido en esa institución, de la Policía Nacional Revolucionaria y de los Comités de Defensa de la Revolución”, enfatiza y lo dice sin jactarse de ese don.

Es posible que muchos tuneros no lo reconozcan por su nombre propio,       porque con su segundo apellido –Freiman–, marcó pautas en el imaginario  público de la ciudad tunera.

Siempre fue reconocido como un combatiente serio, responsable, pero su modestia no le permitía abrir al público una biografía distinguida, entre otras acciones por su participación en la lucha clandestina, en la Sierra Maestra y contra los bandidos que pretendían socavar el poder del pueblo cubano alcanzado el primero de enero de 1959.

Durante los más de 30 años de servicio activo, vestía impecable el atuendo militar y su presencia resultaba familiar en diversas esferas, “es que me especialicé en Tránsito, Patrulla, Licencia de Conducción y Registro, y hasta en Señalización”, refiere y me parece que todavía escucho sus útiles consejos, reiterados desde un carro altoparlante, a peatones y choferes en las calles citadinas.

“Hago de todo, pero prefiero aquellas cosas que reportan beneficios colectivos”, esboza como reafirmación de que a los 84 años de edad no resiste el ocio; mientras hilvana y relata numerosas e interesantes anécdotas de aquellos tiempos fundacionales.

“Después del triunfo de la Revolución preferí retornar a Holguín y venía a buscar donde desempeñarme, entonces me propusieron trabajar en la Policía y acepté la oferta porque lo había hecho antes de 1959 en territorio liberado del II Frente Oriental Frank País”, rememora.

Se declara devoto de la doctrina martiana y en el diálogo parafrasea o dicta, al pie de la letra, sentencias de su pensamiento que fundamentan la actitud que ha asumido en el transcurso de la vida.

Hábleme de su ingreso al Partido

Atiende solícito y responde: “Sin emoción no se puede ser poeta”, parafrasea a nuestro Héroe Nacional para ilustrar el significado de ese momento en el que “cristalizó mi vocación de servir a la Patria desde una posición de vanguardia”, concluye.

 

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